Jubilados americanos son el nuevo perfil de inquilino en Valencia: "Otro nivel"
La cruda advertencia de los expertos inmobiliarios sobre el futuro de la vivienda en Valencia: "No va a mejorar"

foto alquiler
Valencia - Publicado el
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La situación inmobiliaria en la Comunidad Valenciana continúa deteriorándose, empujada por un aumento incesante de los precios tanto en venta como en alquiler. Según el último informe sectorial, un preocupante 31,8% de la demanda de alquiler habitual se está desplazando desde las ciudades hacia la periferia, una tendencia que, lejos de aliviar la presión del mercado, la está reproduciendo en nuevas áreas. La lógica del mercado es clara, cuando aumenta la demanda en zonas periféricas, también lo hacen los precios, alimentando una espiral que parece no tener fin.
Nora García, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunidad Valenciana, ASICVAL, explica en Mediodía COPE Valencia que en “poblaciones que están a más de media hora de Valencia ya no ofrecen pisos por menos de 700 euros. Hace apenas tres años, costaban la mitad”.
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La situación recuerda a lo ocurrido en Madrid, donde miles de trabajadores viven en ciudades satélite como Toledo y soportan trayectos diarios de más de una hora para poder permitirse una vivienda. García advierte que Valencia podría dirigirse en esa dirección si no se toman medidas estructurales. “Si mejoraran las infraestructuras, por ejemplo, el servicio de cercanías, muchas poblaciones serían una opción viable. Pero ahora mismo, con las deficiencias que existen, no hay alternativa real”.
El traslado forzoso de las familias hacia municipios más alejados, unido a una escasa oferta de vivienda disponible, no permite vislumbrar un cambio positivo a corto plazo. “La situación no va a mejorar. Cada vez se complica más y no sabemos cuál es el techo”, sentencia García.
EL PROBLEMA DE LA LEY DE LA VIVIENDA
Uno de los elementos que ha profundizado esta crisis, según García, ha sido la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda, que a su juicio ha terminado de “dar la puntilla” al mercado. “Se ha demonizado al propietario, cuando es precisamente a quien hay que cuidar si queremos que haya más viviendas en alquiler”.
En palabras de la experta, esta ley, que pretendía proteger a los inquilinos, ha terminado por generar una fuerte inseguridad jurídica para los propietarios, que ahora temen alquilar sus viviendas por el riesgo de impago y la lentitud de los procesos judiciales en caso de desahucio. Esto ha llevado a muchos de ellos a cerrar sus viviendas, pasarlas a uso turístico o limitarse a alquilar habitaciones. Como consecuencia, la oferta de alquiler tradicional sigue disminuyendo.

Vivienda
Otro factor clave que ha alterado el equilibrio del mercado es la creciente demanda internacional. Valencia se ha puesto “de moda” a nivel global, atrayendo a residentes de todo el mundo, muchos de ellos con mayor poder adquisitivo.
Este fenómeno tiene un doble impacto: por un lado, aumenta la presión sobre la oferta de viviendas, y por otro, desplaza a la demanda local, incapaz de competir en precios. “El 80% de nuestros inquilinos son ya extranjeros, que para ellos esto sigue siendo barato”, afirma la presidenta de ASICVAL. Consecuencias de una legislación mal enfocada
Para Nora García, el error de fondo es haber legislado sin tener en cuenta la realidad del mercado. “No nos han escuchado. El propietario lo que quiere es cobrar y que le cuiden la casa. Pero si un inquilino deja de pagar, el propietario se queda desprotegido y sin apoyo institucional. Y eso termina perjudicando incluso a los buenos inquilinos, que son mayoría”.

Alquiler de vivienda
La inseguridad ha hecho que la contratación de seguros de impago haya crecido un 43,3%, según las últimas encuestas. Además, muchas empresas del sector han tenido que diversificar su oferta con servicios que garanticen el cobro o gestionen íntegramente los alquileres. La situación ha derivado en una fuga de propietarios del mercado de alquiler convencional, con efectos claramente visibles en los precios.
¿Estamos ANTE una NUEVA burbuja?
La pregunta inevitable ante esta escalada de precios es si nos encontramos frente a una nueva burbuja inmobiliaria. García lo expresa con cautela en COPE, “esto no puede durar indefinidamente. Nadie puede seguir pagando rentas ni precios de compraventa tan elevados. Pero no sabemos cuándo ni cómo va a reventar”.
Lo cierto es que las señales de tensión están ahí. La falta de nueva construcción, los cambios demográficos, más personas viviendo solas, mayor esperanza de vida, y la ausencia de una política coordinada agravan el problema.

Solo en casos graves, como una vivienda en condiciones insalubres, un juez podría considerar no pagar la renta
Desde ASICVAL se insiste en la urgente necesidad de un pacto de Estado que deje fuera las ideologías y se centre en ofrecer soluciones reales y a largo plazo. “La construcción de vivienda no es inmediata. Desde que se detecta un terreno hasta que se entregan las llaves pueden pasar entre tres y cuatro años. Y solo conseguir la licencia puede tardar más de 20 meses”, advierte García.
Por ahora, el tiempo juega en contra. Y si no se actúa de forma conjunta y decidida, el problema no solo persistirá, sino que se agravará hasta volverse estructural.
Valencia en el punto de mira internacional
"Antes lo del teletrabajo era impensable, ahora es lo normal, gente que es de Holanda y que teletrabaja aquí", explica Nora, quien insiste que "para una empresa de marketing, por ejemplo, trabajan online, y viven en Valencia, porque es mucho más económico y viven muy bien, tienen playa, tienen todo, van en bici para arriba o para abajo."
En la inmobiliaria de Nora, ya más de un 80% de inquilinos son extranjeros, "vienen con otros ingresos y que por eso se está desplazando la demanda local afuera. Con unos ingresos muy superiores a los nuestros, claro, que para ellos es barato. Tenemos inquilinos jubilados americanos que vienen aquí con unas pensiones bien, que allí incluso serían justas, pero aquí son muy bien comparadas con las nuestras y que la vivienda es mucho más barata y además tienen sanidad".