El campo valenciano tenía tanta sed, que hasta da por bueno el granizo
En la comarca de la Vall d'Albaida las precipitaciones han venido acompañadas de piedra, provocando daños en los cultivos.
Valencia - Publicado el - Actualizado
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La provincia de Valencia ha sido testigo de intensas lluvias que se han prolongado durante la pasada noche, madrugada y mañana de hoy, trayendo consigo un respiro necesario para el campo valenciano, especialmente tras un largo periodo de sequía. Estas precipitaciones, largamente esperadas, han sido en su mayoría bien recibidas por los agricultores, quienes ven en ellas una oportunidad para recuperar las reservas hídricas y mejorar la productividad de sus cultivos.
Carlos Peris, Secretario General de la Unió de Llauradors, ha expresado que las lluvias han sido particularmente beneficiosas en las zonas de interior, donde los cultivos de secano necesitaban agua urgentemente. Además, ha señalado que la ganadería valenciana también se verá favorecida, ya que los pastos comenzarán a regenerarse, proporcionando un alivio significativo a los ganaderos.
Sin embargo, no todo ha sido positivo. En algunas localidades de la comarca de la Vall d'Albaida, como Ontinyent, Agullent y Aielo de Malferit, las precipitaciones han venido acompañadas de granizo, generando preocupación entre los agricultores. El granizo ha causado daños en los cultivos, lo que representa un golpe para estas poblaciones que, tras la sequía, ahora enfrentan pérdidas en sus producciones debido a este fenómeno meteorológico.
"Es una nota negativa dentro de un contexto mayoritariamente positivo", comenta Peris, refiriéndose a los daños causados por el granizo. Además, advierte que, aunque estas lluvias han sido en su mayoría beneficiosas, aún es necesario que continúe lloviendo para que las reservas hídricas se recuperen completamente.
La Unió de Llauradors ha reiterado la importancia de adoptar medidas preventivas ante la creciente irregularidad y agresividad de los fenómenos meteorológicos, una tendencia que los expertos atribuyen al cambio climático. Entre las propuestas, se destaca la necesidad de construir más balsas de reserva de agua en las zonas de interior y de acometer obras en embalses, como el Pantano de Arenós, que actualmente no pueden aprovechar toda su capacidad por razones de seguridad.
El campo valenciano, una vez más, se encuentra en una encrucijada, donde la esperanza de recibir agua beneficiosa se ve empañada por la preocupación de que esta misma agua pueda, en cuestión de minutos, convertirse en un problema mayor.