El lugar 'secreto' al que peregrinan estudiantes valencianos para tratar de mejorar sus notas

Caminando por el centro histórico de Valencia, en el número 5 de la calle Trinquete Caballeros, encontramos el Conjunto Histórico de San Juan del Hospital. Alberga en su interior la iglesia más antigua de Valencia desde la conquista de la ciudad por Jaime I (1238) y el único cementerio medieval conservado en el trazado urbano. Por eso, suele ser una iglesia con mucho trajín: turistas, feligreses, devotos y -en esta época del año- un continuo goteo de jóvenes, mochila al hombro, que peregrinan para pedir ayuda del cielo en esta época tan delicada para cualquier estudiante.

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Y es que en la iglesia, nada más entrar, a la derecha, encontramos una capilla alberga a Nuestra Señora la Virgen de los Estudiantes. Una Imagen románica de madera policromada de autor desconocido del siglo XII o XIII a la que profesan devoción aquellos que, principalmente, están en época de exámenes. De hecho, en estas semanas de junio luce con más flores que nunca durante el resto del año.

Y es que con permiso de la Patrona, ´la Geperudeta´, que en mayo acapara todas las miradas, ahora en el mes de junio oraciones es la talla de Nuestra Señora de los Estudiantes de la iglesia de San Juan del Hospital una de las que más oraciones acumula en la ciudad de Valencia: entre sentada y sentada con los libros, a la ida o vuelta de la biblioteca, no pocos estudiantes se desvían para visitarla y pedirle suerte y éxito en numerosas pruebas, ejercicios, oposiciones o convocatorias de todo tipo.

Regalar a la Virgen una buena confesión

"A Dios Rogando, y con el mazo dando". Es el primer consejo que el propio rector de la Iglesia, Jorge Nava Rodríguez, recomienda a cualquiera que se acerca a pedir esa "Ayuda del Cielo". Se trata de pedir "la gracia de estudiar con orden y constancia, con intensidad", y una vez hemos cumplido, tampoco está de más pedir esa "pizca de suerte" que siempre hace falta en la vida.

Jorge Nava se atreve a intuír un truco infalible para el que le quiere arrancar esa ayudita a la Virgen. Lo primero, sin duda, haber estudiado. Es condición sine qua non. Pero "como es Madre, también le gusta vernos aseados por dentro". Lo dice Nava porque una de las especialidades de la casa en San Juan del hospital es la confesión. De hecho, durante toda la jornada, hay al menos un sacerdote en el confesionario.

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El rector de S. Juan del Hospital, Jorge Nava, propone un truco infalible para contentar a la Virgen

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La curiosa historia de la talla

Según la propia web sanjuandelhospital.es, fue adquirida por unos pastores en el pueblo de Rada de Haro, partida de Belmonte, en la provincia de Cuenca, a un pastor, quien la tenía en una corraliza junto a maderas y leña. Costó lo que pidió: dos jamones que acababan de adquirir en un pueblo y el dinero que disponían (unas 1.500 pesetas) del año 1967.

Por entonces, tras su adquisición, faltaban en la talla la mano derecha, la corona, había algún pliegue astillado y la policromía era casi inapreciable. En 1968 fueron reintegradas la mano derecha y la corona, y posteriormente fue restaurada en 1975 por J. Esteve Edo y policromada por A. Barat.

La Iglesia

La iglesia y el cementerio, junto con un hospital y un convento, fueron construidos cerca de la puerta de Xerea. El conjunto ocupó los terrenos del palacio del emir, donados por el rey a la Orden Militar de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén. A escasos 300 metros, poco más tarde, se edificó la catedral.

Es Bien de interés cultural y en 1997 fue declarado Museo. Conserva elementos romanos, árabes, románicos, góticos, renacentistas y barrocos. Algunos son únicos en Valencia, como la spina del circo romano del siglo II o unas pinturas murales del siglo XIII, y otros son únicos en el mundo, como la capilla funeraria del cementerio, construida hacia 1250.

San Juan del Hospital es así una realidad viva de fe, arte e historia, un oasis de paz en el corazón de la Ciutat Vella. Sus puertas están abiertas entre siete y nueve horas cada día, todos los días del año, hasta las 9 de la noche, para todos aquellos que quieran rezar, participar en la Eucaristía, recibir el sacramento de la Penitencia, asistir a alguna actividad, colaborar en el voluntariado o simplemente visitarla.