El pánico de los agricultores valencianos: "O llueve ya o directos a la tragedia"

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) cuantifica en 400 millones de euros las pérdidas del sector agrario de la Comunitat Valenciana en 2023, debido a las mermas de cosechas por las adversidades climáticas, los elevados costes de producción, la competencia desleal de las importaciones, la falta de soluciones eficaces para hacer frente a las plagas y enfermedades, los daños récord de la fauna salvaje y el aumento de los robos en el medio rural. La organización presidida por Cristóbal Aguado reclama a todas las administraciones un plan de choque, a varios años vista, para garantizar la viabilidad agraria.

Por segundo año consecutivo, el cambio climático causó estragos. AVA-ASAJA eleva a 170 millones las pérdidas directas por razones climáticas en la Comunitat. La sequía (segundo año más seco desde que hay registros, con un 33% menos de lluvias), el calor (la temperatura media fue 1,3 grados superior al promedio normal), ocasionaron desplomes de cosechas respecto a la media de los últimos años: cítricos (-15%), uva (-40%), arroz (-15%), caqui (-40%), frutas de hueso (-40%), almendra (-50%), olivar (-50%), cereales (-60%), etc.

Por su parte, el pedrisco (más de diez temporales) y el viento de poniente de noviembre son algunos de los factores extremos que elevaron la siniestralidad agraria en la Comunitat Valenciana a niveles máximos.

REPASO CLIMÁTICO DE 2023

La falta de lluvias durante los primeros cuatro meses del año ocasionó graves mermas de producción en cereales, viña, almendro y olivar de secano, así como sobrecostes en alimentación animal, paja, energía eléctrica para riego y tratamientos fitosanitarios. En cambio, en mayo irrumpieron precipitaciones torrenciales que dañaron las frutas de hueso, sobre todo las cerezas. A lo largo de la primavera y el verano se acumularon tormentas acompañadas de pedrisco que afectaron a diversos cultivos en varias comarcas de Valencia y Castellón. En este sentido, destacaron las devastadoras granizadas en Utiel-Requena, el Camp de Túria, la Vall d’Albaida y la Plana Baixa. Las fuertes rachas de viento de poniente que se prolongaron más de 50 horas en noviembre trastocaron las campañas de cítricos y caquis.

La sequía volvió a castigar con severidad el campo en el último trimestre del año. La siembra del cereal, prevista para mediados de otoño, se vio alterada hasta el punto que muchos agricultores han decidido no sembrar hasta que haya previsión de lluvias. En ganadería, hay una reducción de pastos y de reservas de agua para abastecer al ganado. De hecho, en varios municipios de Els Ports y Alt Maestrat se están llevando desde hace meses cubas de agua a las granjas. AVA-ASAJA teme que pueda haber menos cosechas por tercer año consecutivo.

La organización agraria solicita a las administraciones medidas de apoyo a los agricultores y ganaderos afectados por la sequía y otras adversidades climáticas. Asimismo, urge a adecuar el seguro agrario a las nuevas condiciones que impone el cambio climático, introduciendo mejoras en lugar de recortes como pretende el monopolio de Agroseguro y ejecuta Enesa, dependiente del Ministerio de Agricultura. Otras reivindicaciones de AVA-ASAJA son la construcción de infraestructuras que permitan almacenar y distribuir el agua procedente de las lluvias y la apuesta, por parte de la Unión Europea, de las nuevas técnicas de edición genética como ya están impulsando otras potencias agrícolas, las cuales permiten obtener cultivos más resilientes y reducir el uso de insumos como herbicidas y productos fitosanitarios.