¿Qué significa que la Senyera entre en la Catedral?

Tradición y Significado del Te Deum en el 9 d'Octubre.

Carles Villeta

Valencia - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

En la víspera de la celebración del 9 d'octubre, Día de la Comunidad Valenciana, la ciudad se prepara para honrar una de sus tradiciones más antiguas y simbólicas: la bajada solemne de la Real Senyera desde el balcón del Ayuntamiento para iniciar después la procesión cívica, pasando por la Catedral de Valencia, hasta volver al consistorio. Este año, el recorrido habitual regresa sin cambios ni alteraciones, lo que permitirá seguir el trayecto clásico a través de calles emblemáticas como San Vicente y la Plaza de la Reina, hasta la llegada a la Catedral para el tradicional Te Deum, y la vuelta por Calle de la Paz, Pintor Sorolla y Barcas.

Jesús de Salvador, doctor por la Universidad Católica de Valencia y experto en la historia y tradiciones valencianas, explica en Mediodía Cope Más Valencia el simbolismo que rodea este acto. “El 9 de octubre conmemoramos la conquista del Reino de Valencia por Jaume I, quien no solo incorporó el territorio a la Corona de Aragón, sino que también otorgó a la Senyera un poder simbólico único. La bandera, que nunca se inclina ante nada ni ante nadie, es una representación del propio reino, y en el acto de llevarla a la Catedral, se recuerda el momento en que la mezquita mayor de la ciudad fue consagrada como Catedral cristiana.” Es por ello que esta conmemoración no tendría sentido sin ese aspecto clave de la historia.

El recorrido de la Senyera, que sigue un trayecto inverso al tráfico habitual de las calles de Valencia, es una tradición que resalta la singularidad de nuestro territorio y la importancia del evento. Este año, Papi Robles, portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, tendrá el honor de portar la bandera durante la mayor parte del recorrido, aunque llegado el momento, será la Alcaldesa de Valencia, María José Catalá, quien la introduzca en la Catedral para la celebración del Te Deum.

El Te Deum, un acto litúrgico de acción de gracias, ha generado cierta controversia en los últimos años, pero Jesús de Salvador recuerda su profundo significado histórico. “Este acto se remonta a la reconquista cristiana de Valencia. Jaume I agradeció a Dios la victoria sobre el reino musulmán y la inclusión de Valencia en la Corona de Aragón. No debemos olvidar que esta conquista fue declarada cruzada por el papa Gregorio IX, lo que daba un carácter sagrado a las acciones del rey”, señala Jesús.

La Senyera, además de representar la identidad valenciana, tiene un simbolismo único: se le otorgan los honores de un rey. Esto se debe a que Pedro IV el Ceremonioso, en la conmemoración del primer centenario de la conquista en 1338, colocó una corona sobre la enseña, dándole el estatus de bandera real. Desde entonces, la Senyera no se inclina ante nadie ni nada, y su presencia en los actos cívicos de la ciudad está cargada de solemnidad y respeto. De Salvador subraya: “Es como si el propio rey desfilara con nosotros, y por eso se le rinden honores militares y se siguen unos protocolos".

El recorrido de la Senyera continúa tras el Te Deum, saliendo de la Catedral y recorriendo calles como la Calle de la Paz para proceder al homenaje en la estatua ecuestre del Rey Jaume I en el Parterre, para volver por Barcas, en un trayecto que permite a los ciudadanos rendir honores a la bandera. Este ritual no es solo una procesión cívica, sino un acto en el que el pasado y el presente de Valencia se unen, reforzando el vínculo entre la historia y la identidad.

      
             
      

Jesús de Salvador destaca la importancia de este recorrido: "Cada paso que da la Senyera es un recordatorio de nuestra historia. Valencia, como reino, ha sabido preservar su identidad y tradiciones a lo largo de los siglos, y la bajada y subida de la Senyera es una representación viva de ese orgullo."

Además del acto cívico, el 9 de octubre incluye otras celebraciones populares, como la tradicional mocadorà, representación con esas frutas y verduras ofrendadas al Rey, en aquel desfile triunfal, de los productos de estas tierras.

Así, Valencia celebra un año más su día grande, uniendo en un solo evento la historia, la fe y la cultura popular. La entrada de la Senyera en la Catedral no es solo un acto protocolario; es el reflejo de una comunidad que, orgullosa de su pasado, mira al futuro con esperanza y la certeza de que sus tradiciones seguirán vivas.

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