El ritual de la Iglesia de San Nicolás en Valencia que debes conocer si corres la Maratón
La parroquia fue pionera al implantar una misa y la bendición de los dorsales de aquellos que participan en la carrera del domingo
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Valencia acoge mañana la 43ª edición de Maratón Valencia y al margen de la cita deportiva hay iniciativas en torno a la carrera que ya se ha convertido en un impulso económico y turístico de la ciudad.
La parroquia de San Nicolás Valencia celebra desde hace años la Misa del Corredor. Será hoy sábado a las 19.30 horas de la tarde. Su párroco, Antonio Corbín ha explicado en COPE que la parroquia fue pionera "en implantar en Valencia lo que ya sucede en las grandes maratones del mundo con encuentros y celebraciones para acoger a todas las personas que corren con esa mentalidad de sacrificio, de esfuerzo y la verdad es que es un éxito cada año y cuenta cada vez con más fieles que se acercan no solo a la misa, sino a bendecir los dorsales"
Además, explica Corbín, el sacerdote que oficia la misa es Vicente Guzmán, que también "va a correr la maratón y sabe de lo que habla", incluso la parroquia cuenta con la oración del corredor, es muy bonita, tenemos una estampa y rezamos todos juntos. Recoge ese sentido de la vida, del esfuerzo del maratón y de la vida en general", añade.
Además de participar en la misa y bendición de los dorsales, la Parroquia ha impreso unas estampas con la "oración del corredor" que leen juntos por la que se da gracias y se pide por todos los corredores para que el señor les dé fuerzas para iniciar y acabar la carrera siempre desde la alegría, sacrificio y humedad", explica el párroco de la Iglesia de San Nicolás.
La oración dice así: Gracias, Señor, porque me permites correr y no me dejas solo en el km 35 del gran maratón de la vida.
Gracias, Señor, por la belleza que implica correr solo en los bosques y entre la gente, con calor y con frío, con lluvia y con viento.
Gracias, Señor, porque estás a mi lado en los momentos de fatiga, cuando el sudor empaña la mirada, el cansancio doblega mis piernas y quisiera detenerme. Pero sigo adelante contigo.
Mi carrera, con humildad y pasión, se convierte en oración y alabanza a Ti, que repito en los últimos, interminables 195 metros del maratón de mi vida. Y te doy gracias, Señor, por los amigos con los que comparto la alegría de correr codo a codo.
Señor, haciéndome la señal de la cruz, empiezo a correr confiando en que tu sonrisa acompañará cada uno de los pasos de mi carrera.
Amén