Un voluntario de la DANA viaja a Valencia y esto es lo que ocurre al ver a la virgen: "Improvisé"

Más de un mes después de la tragedia de Valencia, todavía son muchos los voluntarios que, ante las imágenes de las localidades de la zona cero, siguen día tras día colaborando. 

Este es el caso de Alberto, un voluntario que dejó todo para brindar apoyo a los vecinos de Paiporta. Lleva desde el pasado tres de noviembre ayudando de forma incansable.

SOLIDARIDAD FRENTE A LA DESTRUCCIÓN DE LA DANA

Alberto vio las imágenes desde Menorca, él es granadino, pero reside en la isla, tomó la decisión de viajar a la zona afectada porque, además, una amiga suya “perdió a su padre por salvar a otro hombre”, cuenta en Mediodía COPE en Valencia. Conmovido por la situación y las necesidades de las personas afectadas, no dudó en actuar. “Dije, venga, me voy corriendo para acá”.

Su gesto altruista destaca no solo por su sacrificio, sino también por la energía y dedicación que ha puesto en su labor. Desde entonces, ha trabajado incansablemente para ayudar a los damnificados, quienes, en muchos casos, han perdido sus hogares y negocios.

Más que un trabajo manual: Escuchar y Apoyar

La labor de los voluntarios no se limita a limpiar escombros, todavía, o distribuir alimentos. Alberto explica que muchas veces actúan como apoyo emocional. “Haces también un poco de tarea de psicólogo, porque mucha gente ha perdido todo”.

A pesar del esfuerzo físico y emocional, Alberto se siente gratificado. “Estoy muy contento porque la gente es muy agradecida. Te abren la puerta de su casa y te agradecen de corazón”.

El voluntario que coordina voluntarios

Alberto destaca que, aunque los fines de semana hay un notable incremento en la participación de voluntarios, entre semana la situación es diferente. “La gente tiene su vida, su trabajo, sus estudios… Entre semanas se ve más flojito”. Ante esta realidad, organiza brigadas para ayudar a los vecinos con tareas como entregar comida caliente o limpiar casas y garajes.

Su día empieza temprano y termina cuando la luz desaparece. “Empezamos sobre las nueve de la mañana y acabamos a las seis y media o siete de la tarde. Todo lo que el cuerpo aguante”, narra con Carles Villeta. Sin embargo, hace un llamado a quienes consideran unirse al voluntariado: “Cualquier granito de arena y cualquier ayuda es suficiente y bienvenida”.

La Fe como esperanza

En Paiporta, uno de los pueblos afectados, se recibió la visita de la Virgen Peregrina de los Desamparados. Este evento conmovió profundamente a Alberto, quien no dudó en arrancarse de forma improvisada y cantar una saeta como tributo y como un gesto de ánimo para los vecinos. “La gente también necesita un poco de alegría, de Fe y decir, aquí estamos los de fuera para animaros y cuidar de vuestra Virgen, que tanto la quieren”.

Este acto de fe fue recibido con ovaciones y agradecimiento por parte de los vecinos, quienes lo abrazaron y le expresaron su emoción. “Me decían muchas gracias por tu labor, por estar aquí”.

Alberto, quien ya siente medio valenciano, no puede evitar sentir tristeza por la devastación que ha presenciado. “Es que te da mucha rabia, mucha pena de todo lo que ha pasado”. Sin embargo, su compromiso no flaquea. “Estamos para todo”, afirma con convicción.

Su dedicación no ha pasado desapercibida, y su ejemplo es un recordatorio del poder transformador de la solidaridad. Como él mismo menciona, cualquier aporte, grande o pequeño, marca una diferencia en momentos de crisis.

En palabras de Alberto, también valora la labor de los medios de comunicación que más de un mes de la DANA, “muchísimas gracias a vosotros también por estar aquí y estar de cara a la gente, dándolo todo”.