'A CUERPO DE REY'
Castuera: La cuna del turrón 'made in Extremadura' que llega ya a China o Rusia
El municipio pacense se ha hecho un hueco en el mercado nacional e internacional con medio millón de kilos de turrón al año
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hablar de turrón es hablar de Castuera, en la provincia de Badajoz. Los maestros turroneros de este municipio, con su buen hacer, reivindican su tradición —tan antigua como la de Jijona— y su peso comercial, con exportaciones a diferentes países de la Unión Europea, China, Rusia y Estados Unidos.
El municipio pacense, con algo menos de 6.000 habitantes, vive y se desvive por el turrón; un dulce que los musulmanes introdujeron en el Levante español y también en Extremadura. Castuera se ha hecho un hueco en el mercado nacional e internacional con medio millón de kilos al año y cuatro empresas fabricantes del blando, duro y otras variedades e incluso tiene monumento al turronero y un coqueto museo dedicado al turrón, sus utensilios y sus formas de elaborar y comercializar.
La campaña de Navidad, que en Castuera empieza en agosto, acaba este mes de diciembre y las fábricas, en las que trabajan centenares de personas, desprenden un delicioso aroma a almendras tostadas, miel... el olor de la navidad mas extremeña, y el sabor del turrón que no debería faltar en ningún hogar esta navidad.
Este rico dulce castuerano, caracterizado por llevar la almendra entera –ningún otro turrón puede presumir de ello–, ha sido el sustento de muchas familias a través de la venta ambulante. Las principales rutas de los turroneros los llevaban desde la Feria de Abril en Sevilla, donde comenzaban la campaña, hasta la última del año en Zafra, en el mes de octubre, pasando antes por las de Plasencia o Almadén, entre otras. Un recorrido en el que procuraban no coincidir. Cada turronero tenía sus propias rutas adjudicadas y para evitar competencia entre ellos, existía un acuerdo tácito de respetarlas.
La almendra, materia prima básica del turrón
Antiguamente provenía de las huertas de Tierra de Barros, Quintana de la Serena o Bienvenida. Sin embargo, cuando la producción se industrializó en los años 50 y se incrementó la cantidad de la almendra requerida, se empezó a importar de Levante.
Las almendras garrapiñadas, las peladillas o las frutas glaseadas son también otros productos que vendían y venden los turroneros de este municipio extremeño.