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Agricultores de Almendralejo exigen a la consejera que dé los costes de producción de uva y aceituna

La Comunidad de Labradores reitera esta petición después de que la venta a pérdidas en la pasada campaña fuera "generalizada"

Comunidad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo (CLYGAL) exige una vez más al Gobierno de la Junta de Extremadura que oficialice los costes de producción de la uva y de la aceituna, tras una “desastrosa” campaña en los dos subsectores, donde la “inacción” del gobierno extremeño y la labor de la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) llevaron a los agricultores “a vender a pérdidas sus productos”.

La CLYGAL añade que tampoco la modificación de la Ley de Cadena Alimentaria impidió las ventas por debajo de los costes de producción, “cuando este es uno de los objetivos fundamentales del texto legal, provocando así unas pérdidas inasumibles al agricultor, que además se ve asfixiado por la escalada de los precios de los insumos en la actividad agraria”.

La Comunidad de Labradores recuerda que el pasado mes de octubre Apag Extremadura Asaja tuvo que presentar una denuncia ante la AICA por los precios que pagaban a los agricultores por la aceituna de verdeo en Tierra de Barros, por debajo de los costes de producción, y “realizamos un estudio cuya conclusión fue que esas pérdidas se cifraban en al menos el 20%”.

Añade que si la CLYGAL pudo hacer una estimación de los costes de producción con los escasos medios con que cuenta, la Administración dispone de muchos más técnicos cualificados -entre ellos los integrantes del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX)- para que, en primera instancia, pueda elaborar esos primeros cuadros de costes y, si quiere, que después corroboren esos resultados con un estudio socioeconómico elaborado por los propios técnicos de la Universidad de Extremadura, como los realizados en los subsectores de la ciruela y la cereza, cuyos informes ha hecho públicos recientemente la consejera de Agricultura, Begoña García Bernal.

Los labradores defienden que el impacto socioeconómico de los subsectores vitivinícola y olivarero en Extremadura, y concretamente en la comarca de Tierra de Barros, “no es de menor relevancia que el de la cereza y la ciruela en sus respectivas zonas, tanto por el volumen de producción, como por el impacto económico y por la mano de obra que representa, desde el origen del producto hasta su transformación en la bodega, fábrica o almazara”.

Por eso no se entiende -prosiguen- que la consejera de Agricultura dijera el pasado mes de diciembre que “tienen que saberse los costes de producción, para que la Ley de Cadena Alimentaria sea eficaz y ponga al productor en el centro la cadena de valor', y continuemos sin conocer cuáles son esos costes en la uva y la aceituna”.

La propia García Bernal reconoció en aquella intervención que con la subida de los costes de producción que venimos padeciendo es “muy difícil” que una explotación familiar sea rentable, por lo que desde la CLYGAL la animan a que “se ponga manos a la obra” para resolver la multitud de problemas que atraviesa la agricultura en nuestra región.

La CLYGAL valora, tanto los informes sobre los costes de producción, viabilidad e incidencia económica realizados por la Consejería de Agricultura y la Universidad de Extremadura para los subsectores de la ciruela y de la cereza, como los anunciados por la propia consejera para el tomate y el tabaco.

La Comunidad de Labradores reitera su petición para que se agilicen los estudios de costes de producción de la uva y la aceituna, “ahora que estamos más que a tiempo, porque de lo contrario la consejera de Agricultura, Begoña García Bernal, será la responsable de los posibles abusos y fraudes que los agricultores puedan sufrir cuando llegue la próxima campaña”.

La CLYGAL concluye que “si el Gobierno extremeño tuviera realmente la voluntad política de defender los intereses de los agricultores, además de llevar a cabo esos estudios se plantearía seriamente el hecho de que los costes de producción del vino y el aceite fueran costeados por toda la cadena de abajo hacia arriba”.