CAMPO

La Comunidad de Labradores rechaza la reforma laboral y exige un modelo de contrato adaptado al campo

Esta organización agraria ofrecerá una conferencia informativa este martes, a las 19.30 horas, en Cajalmendralejo

Comunidad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo (CLYGAL) rechaza de plano la reforma laboral aprobada recientemente por el Gobierno, y exige una modalidad de contrato que “se ajuste a la realidad”, en la que se contemplen la estacionalidad y la temporalidad, que, al fin y al cabo, son las que determinan la actividad agraria.

Para analizar los pormenores de la nueva ley, que supondrá un nuevo “mazazo” al campo en los términos que está aprobada, la Comunidad de Labradores y APAG Extremadura ASAJA ofrecerán este martes una conferencia informativa, a partir de las 19.30 horas, en las instalaciones de los servicios centrales de Caja Almendralejo, en la Avenida de San Antonio.

La CLYGAL subraya que medir por el mismo rasero la actividad del sector primario con la industrial y los servicios es un “craso error”, puesto que en “el campo estamos sometidos permanentemente a las condiciones meteorológicas, tanto para el desarrollo de las actividades agrarias habituales como para la recolección, por lo que es preciso establecer una clara diferencia y una mayor flexibilidad en los procesos de contratación”

Los labradores piden a los “multimillonarios” sindicatos de clase como CCOO y UGT que “permanezcan de perfil o totalmente desaparecidos”, como han hecho desde que Pedro Sánchez inició “su reinado”, y que dejen a las organizaciones profesionales agrarias negociar y defender los derechos y los intereses de los trabajadores del campo y de los propios agricultores, porque de lo contrario le darán la “puntilla a la agricultura”.

La CLYGAL concluye que “si al insoportable incremento de los precios de los insumos -la mayoría más de un 300%- y a la incapacidad total para aplicar la Ley de Cadena Alimentaria para no vender a pérdidas unimos ahora unos costes sociales indefinidos para el agricultor, las consecuencias pueden ser el abandono de más tierras y la proliferación de la economía sumergida, algo que evidentemente desde la Comunidad de Labradores no queremos que ocurra de ningún modo”.