FÚTBOL
Franganillo y los jugadores pasan de tirarse los trastos a posar sonrientes
¿Se guarda el presidente del Extremadura la traca final?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Quedan cinco días, para la fecha señalada en rojo en el concurso de acreedores del Extremadura: 21 de diciembre.
Hasta ese día, tiene el administrador concursal para contestar a la providencia enviada por la jueza de lo mercantil de Badajoz en la que le pide que le diga si ha llegado la inversión que dé viabilidad a la sociedad mercantil.
En el Extremadura reina un silencio que descoloca, y más aún después de la impactante foto de la comida en un restaurante de Mérida, el pasado martes, en la que se ve a la plantilla, cuerpo técnico y presidente felices como perdices. Cualquiera diría, viendo la estampa, que el Extremadura está al borde de su liquidación.
La foto ha causado sorpresa en una buena parte de la afición y en el propio entorno del club. Una instantánea en la que no aparece Manuel Mosquera, ausente por motivos personales. El Extremadura es como el camarote de los hermanos Marx. Presidente y jugadores han pasado de tirarse los trastos a la cabeza a posar sonrientes en menos que canta un gallo.
Hemos llegado a un punto en el que ya no se sabe por dónde va a salir el sol. El ciudadano de a pie se plantea, y no le falta razón, si nos hemos perdido algo, y gordo, en este relato.
Las fuentes a las que ha tenido acceso COPE nos apuntan que “estamos en stand by”, o sea a la espera del desenlace; pero también se puede entender que estamos a la espera de que suceda el hecho extraordinario que salve el club.
Nos cuentan que Franganillo, que pagó la comida de Mérida, les dijo a los jugadores que el problemón estaba “solucionado”; unas palabras que, por cierto, ya habían escuchado en otras ocasiones.
La cara del presidente azulgrana en la famosa foto no parece expresar mucha preocupación. Franganillo sonríe como en sus mejores momentos, aunque la situación no invite a ello. ¿Se guarda el presidente azulgrana la traca final?
En las redes sociales del club, todo es felicidad. Pasan los días y las semanas y se muestra una especie de realidad paralela. Los aficionados no dan crédito.
Franganillo ha conseguido inmortalizar un momento que será recordado para bien o para mal. Es de esperar que, en unos días, la verdad se abra camino.