Rafael Mota: "Extremadura cuenta con equipos de cuidados paliativos con amplia experiencia"

La medicina gana muchas batallas, pero pierde la guerra. Sin embargo, en la etapa final de la vida, la medicina también tiene mucho que decir, lo hace a través de los cuidados paliativos. Nuestra compañera Ana Belén Caballero (El Espejo de la Iglesia Diocesana, Iglesia Noticia, Iglesia en Camino) maniene una interesante entrevista con con Rafael Mota, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, médico internista y natural de Badajoz

Ana Belén Caballero: Cada vez se oye hablar más de los cuidados paliativos, pero no siempre con una idea exacta de lo que son.

Rafael Mota: Los cuidados paliativos son una forma de atención para personas que se encuentran con enfermedades terminales. Son personas con muchas necesidades desde el punto de vista físico, emocional, psicológico, social... y a través de equipos integrados por médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, trabajan de forma conjunta para atender a esa persona y a sus familiares de la forma más completa posible para que todo ese proceso que se va a desarrollar durante un tiempo, unas veces más corto y otras más largo de pendiendo del tipo de enfermedad, puedan vivir con la mejor calidad de vida y con el menor sufrimiento posible.

ABC: Uno de los objetivos de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos es tratar de aumentar la atención domiciliaria. ¿Cómo estamos en Extremadura?

RM: La atención primaria es clave para poder ofertar una buena atención domiciliaria. Los médicos, las enfermeras, los trabajadores sociales de los centros de salud son muy importantes para poder garantizar que toda esa fase de la vida se pueda llevar a cabo en el domicilio, que es el lugar natural donde una persona quiere estar aunque esté enferma. 

En Extremadura contamos con la ventaja de tener equipos de profesionales de cuidados paliativos con una amplia experiencia y con muchísima formación que sirven de atención a los profesionales de atención primaria y realizan su atención a nivel domiciliario. Cuando se trabaja de manera compartida se garantiza que ese proceso, incluso hasta el final, pueda ser vivido por la persona en su casa, con sus familiares. 

ABC: Otro de sus planteamientos es el cuidado de los cuidadores, que en enfermedades largas y penosas salen muy “tocados”, si se me permite la expresión. 

RM: Uno de los objetivos de los cuidados paliativos es el cuidador, los familiares, que normalmente son los cuidadores. Nosotros colaboramos en cursos para darle herramientas a los cuidadores, que muchas veces sufren más que los propios enfermos, para cuidar mejor y para cuidarse ellos mismos. No se trata de ser héroes, hasta la Madre Teresa de Calcuta se cansaba y era la Madre Teresa de Calcuta.  Que el cuidador se canse no quiere decir que sea mal cuidador o que lo haga mal, por ello necesitan momentos de respiro, apoyo emocional... 

ABC: El Parlamento trata una ley de eutanasia. ¿Por qué se habla tanto de eutanasia y parecen preocupar muy poco los cuidados paliativos?

RM: En la política está todo muy paralizado, de hecho había una ley de atención final de la vida que estaba a punto de aprobarse y que los vaivenes políticos que tenemos se ha quedado en suspenso. Hay mucha confusión entre eutanasia, sedación, cuidados paliativos...

Creo que hay que aclarar mucho estos conceptos a los que nos referimos cuando hablamos de una cosa o de otra. A mí no me gusta criminalizar; detrás de una petición de eutanasia hay muchísimo sufrimiento, y ese sufrimiento tenemos que acogerlo de alguna manera. Evidentemente nosotros defendemos los cuidados paliativos porque entendemos que a través de ellos se puede aliviar muchísimo ese sufrimiento, pero respetamos cualquier tipo de opción porque nuestra misión como Sociedad Española de Cuidados Paliativos es promocionar, promover que cada vez haya más cuidados paliativos en nuestro país, que cualquier ciudadano que esté pasando por esa situación los pueda recibir, a ser posible en su casa y por profesionales bien preparados y formados. 

ABC: Le voy a hacer algunas afirmaciones que están en el ambiente para que me las rebata. La primera es: “Yo pido la eutanasia para mí y no se la impongo a nadie”.

RM: Cualquier persona que esté en esta fase de sufrimiento, lo puede solicitar. Luego, también está el derecho del profesional a poder objetar. Yo siempre defiendo que para aliviar el sufrimiento ahora mismo, desgraciadamente, en nuestro país hay mucha falta de recursos en cuidados paliativos, por ello apostaría primero por un buen desarrollo de estos recursos para aliviar el sufrimiento. Yo no me atrevo a juzgar a nadie. 

ABC: Otra afirmación: “La vida ya no es digna si no tiene «calidad»”.

RM: Yo creo que hay que darle calidad a la vida, tenemos que apostar por mejorar la calidad de vida  

ABC: La última: “Visto un caso, visto todos”. ¿Es esto cierto?

RM: No, cada persona es diferente, cada situación es diferente, cada enfermedad es diferente. Cada uno necesita una atención directa, personalizada, individualizada y, desde luego, con el objetivo de aliviar todo sufrimiento. Hay profesionales, formación y formas de cuidar que pueden conseguir mucho alivio del sufrimiento. 

ABC: ¿Qué papel juega la espiritualidad en la etapa final de la vida?

RM: La espiritualidad es nuestra esencia como personas. Todo lo que tiene que ver con la reconciliación, con el perdón, con el sentido de la vida, con la trascendencia... Cada uno de nosotros somos seres espirituales de forma intrínseca, independientemente de la proyección que luego cada uno pueda tener o no tener; cuando nos estamos acercando al final de la vida y uno piensa si su vida ha merecido la pena, si su paso por este mundo ha dejado algo aquí. Uno de los objetivos de los profesionales de paliativos es acompañar en todo ese proceso para que cuando uno se vaya lo haga con la tranquilidad y la paz de haber dejado un legado y, sobre todo, de que pasar por aquí ha merecido la pena. 

Jornada diocesana de cuidados paliativos

La Delegación episcopal para la Pastoral de la Salud y la de Familia trabajan en una jornada sobre cuidados paliativos que se desarrollará el sábado 29 de febrero de 2020. Constará de una parte teórica y otra práctica y está abierta a todas las personas interesadas, de manera especial a cuidadores de enfermos, voluntarios y miembros de Pastoral de la Salud de las parroquias.