“No pierdas la esperanza, de la UCI se sale”

Es el mensaje que lanza Francisco Manuel Sayago a todas aquellas personas que tengan a un familiar ingresado en la UCi. Él estuvo 40 días, ahora se recupera junto a su familia.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

¿Quién no ha tenido algún amigo o algún familiar ingresado en las unidades de cuidados intensivos? En esas UCI de las que tanto se habló en la pandemia de la COVID-19. Unas unidades que estaban saturadas, pero cuyos trabajadores con tesón, agrado y mucha humanidad acercaban a los pacientes a sus seres queridos, se convirtieron en parte de su familia. "Una humanidad que sigue existiendo", o al menos, es lo que intentan las personas que las dirigen y trabajan allí.

En Cope hemos hablado con Francisco Manuel Sayago que sabe lo que es vivir en una UCI y ser paciente en Cuidados intensivos. Estuvo ingresado 40 días y “todas las personas que allí trabajan se convirtieronen su segunda familia”, nos cuenta. Ahora se recupera en casa junto a los suyos, pero desde el Hospital le hacen un seguimiento muy cercano.

Y es que Miguel Benítez, jefe de Servicio de Cuidados Intensivos del Hospital de Mérida, ha contado en los micrófonos de Cope, que ese es uno de los objetivos, acompañar a los pacientes una vez que abandonan la unidad:

“no queremos dejarlos solos, ni a ellos ni a sus familias”.

De hecho, en la Uci de Mérida se trabaja para que sean “menos restrictivas” y poco a poco abrirlas a las familias. “Esa cercanía y acompañamiento favorece la recuperación del paciente.”

Temas relacionados