Barcarrota se convierte en la capital de la oratoria escolar con casi 100 jóvenes
El VII Concurso de Oratoria reunió a estudiantes de toda la provincia de Badajoz

Autoridades con los ganadores en la categoría individual.
Mérida - Publicado el - Actualizado
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Carla Rivera Gomato, del colegio Ruta de la Plata de Almendralejo, y Diego Alonso Garrote, del colegio Nuestra Señora del Carmen de Villafranca de los Barros, se coronaron como los Mejores Oradores en las categorías de Educación Primaria y ESO, respectivamente, durante la final del VII Concurso de Oratoria de Barcarrota.
En la modalidad por equipos, el talento local fue protagonista en Primaria, con el CEIP Hernando de Soto 1 y CEIP Hernando de Soto 2, ambos de Barcarrota, logrando el primer y segundo puesto. El tercer lugar fue para el colegio San Fernando de Badajoz.
En la categoría de ESO, el primer premio fue para Puertapalma-El Tomillar 2, de Badajoz. El colegio Nuestra Señora del Carmen, de Villafranca de los Barros, consiguió el segundo y tercer lugar con dos de sus equipos.
El evento, celebrado ayer en jornada de mañana y tarde, reunió a casi un centenar de estudiantes de 5º y 6º de Primaria y 1º, 2º y 3º de ESO, tanto a nivel regional como nacional. Fue organizado por el Ayuntamiento de Barcarrota, coordinado por la Asociación de Promoción de la Oratoria (APRORA) y contó con la colaboración de la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura y la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes.
Durante la inauguración, los concejales Almudena Hernández y Antonio Mº Velasco destacaron la importancia de la oratoria como una herramienta clave para el desarrollo personal y académico de los jóvenes. La clausura estuvo presidida por Manuel Rico García, Delegado Provincial de Educación.
El jurado, compuesto por Feliciano Correa, Manuel Sanz y José A. Lucas, valoró la creatividad, el dominio escénico y la capacidad de persuasión de los discursos. También ofrecieron intervenciones inspiradoras que enriquecieron aún más una jornada donde la emoción, el aprendizaje y el compañerismo fueron protagonistas.
Barcarrota volvió a demostrar que la palabra, en manos jóvenes, puede transformar y emocionar.