IGLESIA DIOCESANA

La Diócesis de Coria-Cáceres ingresó 5,7 millones en 2019, más de un 40 por ciento donaciones de fieles

El Día de la Iglesia Diocesana se celebra este domingo, 8 de noviembre, en el que se invita a colaborar con tiempo, cualidades, colaboración económica y oración.

Este domingo, día de la iglesia diocesana, "Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo”

Redacción COPE Cáceres

Cáceres - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Este domingo, 8 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana para tomar conciencia de que “somos una gran familia”. De ahí el lema de este año: "Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo”.

“Cada uno de nosotros somos miembros de la Iglesia aportando nuestro tiempo, cualidades, oración y nuestro apoyo económico. Detrás de las parroquias, asociaciones, movimientos, grupos… hay cientos de personas que dedican su tiempo para hacer el bien a los demás”, sentencia el administrador diocesano de Coria-Cáceres. Diego Zambrano, quien junto al ecónomo Ginés Rubio y la sor Isabel Rodríguez, de las Hijas de la Caridad, ha presentado este miércoles la celebración.

La campaña invita a ser generosos con las aportaciones económicas, y más en este momento de crisis sanitaria, para “auxiliar a tantos hermanos nuestros necesitados”, añade Zambrano.

Por la situación sanitaria, la diócesis de Coria-Cáceres ha creado un Fondo de Emergencia para atender las necesidades de las siete residencias de ancianos, de las parroquias que han visto mermados sus ingresos y también a través de Cáritas Diocesana, atender a personas y familias que se han quedado sin empleo y no disponen de ningún tipo de ingresos. Un fondo que se inició con la aportación de 50.000 euros del obispado y que ya alcanza los 93.000 euros.

“Esta es la labor -entre otras- que hacemos todos, atender a todas las personas que están llamando a nuestra puerta”, afirma el administrador diocesano, quien recuerda el trabajo 24 horas al día, siete días a la semana en las misiones, con enfermos, mayores, pobres…

Para las aportaciones, además de las colectas en las iglesias, está el portal www.donoamiiglesia.es, para hacer llegar los donativos a cada una de las parroquias de la diócesis, y que habitualmente recibía 300 euros mensuales, una cifra que "se disparó con el confinamiento, llegando en mayo a 9.000 euros y ahora está en torno a los 2.000 euros mensuales”, explica Rubio.

DATOS ECONÓMICOS 2019

Además, el ecónomo de la Diócesis de Coria-Cáceres, ha presentado las cuentas de la diócesis y ha analizado la situación económica durante el 2019.

Un total de 5.750.647,13 euros ingresó la Diócesis de Coria-Cáceres en 2019, de los que más del 40 por ciento procede de las aportaciones de los fieles, a través de colectas y suscripciones en las parroquias (40,37%) y un 35,10% de la asignación tributaria, voluntaria, de fieles de la Iglesia católica o personas que simpatizan con la Iglesia y reconocen la labor que se está realizando y desean que parte de sus impuestos se destine a ella.

El resto procede de ingresos corrientes en un 14,47%, 6,25% de ingresos de patrimonio y otras actividades, 2,90% de necesidad de financiación (préstamos) y un 0,91% de ingresos extraordinarios.

En cuanto a los gastos, que se destinan a los fines propios de la Iglesia católica, la cifra es similar, de los que un 28,30% es retribución del clero, un 26,14% conservación de edificios y gastos de funcionamiento, un 16,44% para acciones pastorales y asistenciales, un 15,53% de gastos extraordinarios y un 2,05% de aportación a centro de formación.

“Tenemos 140 sacerdotes, que están a disposición de los fieles 24 horas 7 días a la semana. A los cuales hay que agradecer su entrega y disposición, han demostrado en la pandemia que están acompañando en el sufrimiento y animando y llevando esperanza donde hace falta”, explica Rubio.

Sobre la conservación del patrimonio ha querido hacer una mención especial, “muchos de nuestros inmuebles son templos históricos artísticos, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), en los que hay que invertir grandes sumas económicas para su conservación y mantenimiento” ha dicho a la vez que ha agradecido a las instituciones públicas que han colaborado con la diócesis.

En cuanto a la necesidad de financiación, ese 2,90% de los ingresos, ha recordado que son 166.654,21€. Un déficit producido por las grandes intervenciones que se han realizado en el 2019 en cuanto a la conservación del patrimonio, con más de 30 intervenciones.

Según ha dicho, en este 2020 se ha realizado una gran apuesta por el sostenimiento de las siete residencias de ancianos de la diócesis- agradecimiento la dedicación de los trabajadores y el esfuerzo de todos para conseguir una mínima incidencia del covid en las mismas-, por el mantenimiento del empleo sin acceder a los ERTE del gobierno y por cumplir con las facturas de proveedores.

Todo ello a pesar de la disminución durante el confinamiento y la “nueva normalidad” de las colectas en las parroquias.

ACTIVIDAD DE LA DIÓCESIS DE CORIA-CÁCERES

El pasado año en Coria-Cáceres se celebraron 1.002 bautizos, 1.144 primeras comuniones, 788 confirmaciones y 262 matrimonios. Celebraciones de sacramentos unida a la actividad pastoral de 137 sacerdotes en 160 parroquias, 1.256 catequistas, 219 religiosos, 87 de clausura, 90 misioneros, 11 seminaristas y 8 diáconos permanentes, así como a la labor social y caritativa con más de 6.000 personas atentidas en distintos aspectos socioeconómicos.

EJEMPLO DE LA LABOR DE LA IGLESIA

El comedor social de La Milagrosa, en la capital cacereña y gestionado por las Hijas de la Caridad ha servido de ejemplo de la labor de la Iglesia en este mundo.

Un total de 16.933 comidas y mismo número de cenas se han servido hasta septiembre este año, por encima de todo 2019, cuando se sirvieron 16.301 comidas.

Durante el confinamiento no se cerró sino que se adaptó para ofrecer las comidas por envases táper para llevar.

Actualmente sirven entre 80 y 90 comidas diarias y la mayoría de las personas que acuden están solas, no cuentan con empleo ni ingresos, o tienen unos ingresos mínimos que pueden provenir de una renta básica o una pensión no contributiva, aunque durante el confinamiento ha aumentado el número de familias con niños.

“La persona que busca comida tiene hambre, pero también necesita una sonrisa, una mirada, una palabra. De ellos se aprende a dar importancia a lo que realmente la tiene, se aprende a relativizar, se aprende a compartir. Con ellos he aprendido a rezar, desde ellos he aprendido a olvidar las ofensas, he aprendido que se puede vivir con poco», sentencia sor Isabel.