El ‘camino de Santiago’: de la adicción a la reinserción
El "Centro Vida" de Cáritas Diocesana de Coria – Cáceres acoge a más de treinta personas en su Campaña de Personas sin Hogar
Cáceres - Publicado el
4 min lectura
Santiago Villanueva es una de las treinta y siete personas que viven actualmente en el Centro de Acogida Temporal "Centro Vida" de Cáritas Diocesana de Coria – Cáceres. Santiago tiene cuarenta años y se ha quedado sin hogar. En este centro, viven muchas de las personas que se reintegran en la sociedad y Santiago es una de ellas.
Santiago lleva dos años sin consumir drogas y ya está desintoxicado: "El dinero es un arma para muchas personas. Ahí empecé con la droga". Primero vivió en el Centro de Emergencia de la Diócesis, actualmente en el Centro Temporal y espera, dentro de poco, vivir en un piso de reinserción.
Así le ha cambiado a Santiago la vida este programa de Cáritas Diocesana de Coria – Cáceres: "Me ha hecho volver a tener rutinas de una depresión en la que yo no salía porque muchos de la calle no somos comprendidos. Nos tienen tienen miedo. La campaña que han iniciado ahora es importantísima porque se crea para decir que existimos, que somos personas como todo el mundo. Lo único que las personas, muchas veces, se discriminan. Te sientes nadie, te sientes sin esperanza, que es sobre todo la palabra que quiero subrayar".
"Vamos bien, vamos cada vez más evolucionando. Es un camino difícil, es un camino duro, pero como muchos otros compañeros mío, soy una persona que se ha quedado sin hogar". Así comienza Santiago a contar su historia.
Es madrileño, pero eligió el Centro de Cáceres por sus recuerdos de la infancia, ya que su familia es cacereña. Él sabe lo que es sufrir la distanciado de su familia: "Tengo un padre que he ido recuperando poco a poco, aunque simplemente es amistad. Mis hermanastros no quieren tener relación conmigo por situaciones ajenas, ya sea por mi adicción o porque una persona adicta y en rehabilitación no gusta a todo el mundo".
"La vida es bastante más dura de lo que yo pensaba, yo era muy risueño y muy soñador. Ahora soy más realista. Es un sitio difícil, según tengas estudios o no, pero a mí me pareció un sitio muy agradable al principio. Es agradable si tienes economía, pero si no te comprende nadie es complicado".
Santiago se preparó para las oposiciones a bombero desde los diecisiete a los veinticinco años y luego trabajó en el sector de la moda de lujo: "Me metí en el sector de la moda textil vendiendo trajes de lujo porque me metió un compañero y ganaba mucho dinero. Era un niño pequeño con mucho dinero y eso es un arma para muchas personas. Ahí empecé con la droga, a los 25 años".
Santiago lleva trece años sin trabajar y su sueño es ser jardinero: "Por supuesto que quiero volver a trabajar, de un modo realista. Me siento gustan mucho las plantas, me siento a gusto con ellas y me gustan que los parques sean bonitos. Mi ilusión es ser jardinero".
Cuando se le pregunta que cómo se ve dentro de 40 años, es decir, con 80, no se ve: "Es una buena pregunta porque no me veo con ochenta años. Intento vivir el aquí y ahora. Es lo que nos enseñan los terapeutas, el vivir el momento y no soñar con un futuro, no anclarse al pasado y aprender de él".
Tiene un hijo que llama Gonzalo, aunque habla con él todos los días por videollamada y lo ve en persona una vez cada mes: "Lo más importante es mantener el contacto con mi hijo. Yo le digo que tiene que ser fuerte, que me llame. Tiene toda la vida por delante. Y que aprenda de sus errores, que los va a tener".
La Campaña de Personas sin Hogar de este año de Cáritas Diocesana de Coria – Cáceres tiene como lema “El camino de Santiago. Es largo y está lleno de obstáculos. Caminemos juntos”. A lo largo del año 2024, desde el Programa de Personas sin Hogar se han atendido en Cáceres a 139 personas, el 88% hombres, siendo el 77% de nacionalidad española.
El Centro de Emergencia Social dispone de doce plazas, nueve de hombre y tres de mujer y está abierto de diez de la mañana a diez de la noche. El Centro de Acogida Temporal "Centro Vida" cuenta con dieciséis plazas. Y los pisos de vida autónoma son tres pisos que cuentan con tres plazas cada uno, siendo nueve personas. En total, 37 personas pueden disfrutar de esta ayuda.