Se apaga la única panadería de Valverde de Llerena tras 104 años

La Extremadura más rural, la Extremadura vaciada, sigue dejándonos historias verdaderamente curiosas. En Valverde de Llerena, un pequeño municipio de 500 habitantes de la Campiña Sur, donde cada vez cuentan con menos servicios, tenían el privilegio, y casi el honor, de contar con una fábrica de pan con más de un siglo a sus espaldas.

La Panadería de José Miguel Otero empezó con su abuelo, hace 104 años. Su familia, los Otero, son conocidos en el pueblo, precisamente, por eso, por su pan. Un pan que ha ido más allá de Valverde de Llerena, siendo primordial en las comidas, cenas y desayunos de buena parte de la Campiña Sur.

Este viernes, la candela, como dice José Miguel, se apagó definitivamente. Él se jubila y no hay relevo generacional. Ahora, los vecinos se preguntan qué van a hacer. Algunos, incluso, dicen, que pretenden "congelar pan para al menos un mes". Porque para muchos valverdeños cuesta imaginar un buen plato de comida sin el pan de los Otero como privilegiado acompañante.

Es un ejemplo más de las historias que protagoniza la Extremadura vaciada, encaminada a tener cada vez menos servicios, de menos calidad, más lejanos y más caros.