Conocer, prevenir y actuar: un día mundial del Ictus que quiere trasmitir esperanza

Prevenir la enfermedad cerebrovascular y la rehabilitación en centros y hospitales especializados, principales líneas de actuación.

José Luis Lorido

Badajoz - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Hoy, 29 de octubre, es el Día Mundial del Ictus, una fecha que nos invita a reflexionar y actuar. Este accidente cerebrovascular llega sin previo aviso, apagando de golpe capacidades físicas y emocionales de quienes lo padecen. Aunque las consecuencias son devastadoras, desde parálisis hasta la pérdida de memoria, la recuperación es posible y depende, en gran parte, de la velocidad de la atención.

Se estima que se producen entre 4 y 5 ictus diarios, aunque es previsible un aumento de la incidencia de esta enfermedad durante los próximos años debido al progresivo envejecimiento de la población extremeña.

En cuanto al tipo de ictus, los profesionales sanitarios distinguen dos tipos de ictus:

  • Ictus isquémico: Se produce la obstrucción de una arteria del cerebro a causa de un trombo, que origina un infarto cerebral.

  • Ictus hemorrágico: Se produce la rotura de un vaso sanguíneo del cerebro, que ocasiona una hemorragia cerebral.

Aunque estos dos tipos de ictus son indistinguibles a simple vista, ambos pueden llevar a la muerte de los tejidos del área cerebral afectada de forma muy veloz, por lo debemos saber reconocer los síntomas y solicitar ayuda a través del teléfono 112 para conseguir atención sanitaria urgente.

      
             
      

El ictus es una de las tres causas de muerte más importantes en los países desarrollados, junto al cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

Actualmente, se producen más de 600 fallecimientos anuales por ictus en nuestra comunidad autónoma (algo menos de 2 muertes diarias), aunque durante los últimos 40 años se observa un importante descenso de la mortalidad causada por esta enfermedad, lo que constata un importante progreso durante las últimas décadas en la asistencia al ictus, especialmente en su fase aguda.

En respuesta a los factores de riesgo, se estima que hasta el 90% del riesgo de sufrir un ictus se asocia a diez factores de riesgo muy extendidos entre la población extremeña pero que son potencialmente controlables: consumo de tabaco y alcohol, dieta poco saludable, exceso de peso, baja actividad física, hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado, fibrilación auricular y otros factores (como el estrés crónico).

      
             
      

Entre los principales consejos para prevenir un ictus destacan:

  • Evitar el consumo de tabaco y alcohol.

      
  • Dieta equilibrada y baja en sal, grasas animales y productos procesados.

  • Practicar ejercicio físico moderado todos los días durante al menos 30 minutos.

  • Realizar chequeos periódicos del estado de salud.

  • Reducir el estrés.

Gracias a protocolos como el "código ictus" y a centros de rehabilitación como el Hospital Casaverde, la esperanza de una vida plena sigue viva para muchos. Es bueno recordar que un estilo de vida saludable y una acción rápida pueden hacer una gran diferencia en la prevención y recuperación del ictus. Un 70% de las personas que reciben tratamiento neurorehabilitador adecuado, recuperan su independencia o cuidados mínimos.

Es fundamental concienciar a la población sobre el cuidado de la salud cardiovascular y el conocimiento de los síntomas para actuar rápidamente. Con cada paso hacia una vida más saludable, podemos combatir juntos el impacto de esta enfermedad y dar esperanza a miles de afectados.