Declaran dos hermanas vecinas de Eugenio, el acusado por el asesinato de Manuela Chavero

Declaran dos hermanas: Noelia y Gloria. Su abuela vivía en la casa que colindaba con la del padre de Eugenio, la residencia habitual del mismo en esos momentos. Ambas relatan varios episodios que tuvieron lugar en la morada de su abuela, hechos que no se le atribuyen a Eugenio judicialmente pese a las sospechas de las hermanas.

En una ocasión, Noelia entró a la ducha y dejó el móvil cargando. Al salir no encontró el dispositivo. Señala que "había pisadas en la pared que iban a casa de Eugenio". El suceso se denunció pero no se encontró al presunto ladrón. Noelia también ha declarado que el móvil fue dado de baja una hora después del incidente y que durante ese transcurso de tiempo alguien realizó llamadas a "líneas eróticas". Nunca se probó la participación de Eugenio.

En otra ocasión, cuando la familia llegó a casa tras una salida conjunta, encontraron dos teléfonos "con las pantallas destrozadas". Además le habían sustraído a Gloria, una de las hermanas, 500 euros que tenía guardado en un neceser. Tampoco se encontró al responsable.

Tras estos episodios, la familia, según afirman las hermanas, decidió aumentar la altura del muro que separaba ambas casas (la de la abuela y la del padre de Eugenio, donde él vivía) y cambiar las cerraduras de las puertas. A partir de ese momento, señalan, que no se volvió a repetir ningún hecho similar.

Noelia, segunda en testificar, ha señalado que notaba que Eugenio las observaba: "Desde bien pequeñas Eugenio siempre nos ha estado mirando, a mi y a mis primas, a través de la terraza. Teníamos una piscina y nos miraba" afirmaba. Una sensación que han compartido ambas en el juicio y un hecho que les ha marcado, como indicaba Noelia: "A día de hoy no soy capaz de bajar la calle de mi abuela sola, me da una sensación de desprotección, de mal rollo..."