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El drama de la lengua azul azota Extremadura: "Se me quitan las ganas de tener ovejas"

Los ganaderos cuestionan la labor de la Junta, a la que acusan de "falta de comunicación"

Adrián García Durán

Badajoz - Publicado el

1 min lectura

      
      
             
      

Se respira cierta tranquilidad días atrás, pero nada había más lejos de la realidad. El drama de la lengua azul continúa golpeando, y con mucha dureza, al sector ganadero extremeño.

Los focos, incontables ya en la región, no paran de crecer y lo que se respira en las fincas es, todavía, cierta incertidumbre. El ganado no deja de morir, los partos están siendo un desastre y son muchos los animales que oficial o extraoficialmente se encuentran bajo los efectos de la enfermedad.

La Junta ha admitido desde el día uno que es una situación compleja por la variedad de serotipos a los que hay que hacer frente. Aún así, la consejería de Agricultura celebró su rápida actuación a la hora de vacunar.

Sin embargo, lo que piensan los ganaderos distan de lo que "vende" la Junta. Hemos hablado con dos afectados. Uno de ellos, José María, en Badajoz. Ha perdido casi 80 ovejas por la enfermedad: "Vacunan, pero no vacunan a todas. Se me han muerto 78 y todavía no he podido vacunar (...) se me quitan las ganas de tener ovejas".

No es el único enfado. Juan, de El Carrascalejo, fue de los primeros afectados. Él denuncia falta de comunicación por falta de la Junta: "Me enteré por la prensa de que tenía un foco en mi finca". 

Se supone que el invierno aliviará los efectos de la enfermedad, pero hasta entonces las muertes y las pérdidas seguirán creciendo y creciendo en Extremadura.

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