Extremadura tiene un problema con la salud mental: pocos profesionales y meses de lista de espera
Un 10% de los extremeños sufren problemas relacionados con la salud mental y los llamamientos del SES se retrasan de 2 a 6 meses
Badajoz - Publicado el - Actualizado
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La pandemia silenciosa. Así llaman algunos a la devastadora influencia que están teniendo las enfermedades de salud mental en el mundo, pero también en España y Extremadura. Quizás silenciosa porque destroza, aparta, excluye e, incluso, mata, sin que los demás se den cuenta.
Una problemática que ha pasado de ser tabú a estar en el centro del debate sociopolítico nacional. Sin embargo, se habla mucho -o, al menos, más que antes- de salud mental, pero nada cambia. Mucha voluntad sobre el papel, pero pocos movimientos para cambiar una situación que es, desde hace mucho, alarmante.
Es justo lo que ocurre en Extremadura, que vive un contexto especialmente delicado en lo que a la salud mental respecta. Al menos desde una óptica puramente pública. Y es que, según nos cuenta la psicóloga y experta pacense Ana Belén Regalado, más de un 10% de la población extremeña requiere tratar problemas de salud derivados o directamente relacionados con la salud mental. Uno de cada diez extremeños.
Son cifras que, como nos cuenta Regalado, el SES es incapaz de absorber por falta de profesionales: tenemos pocos psicólogos y pocos psiquiatras. Esto provoca que las listas de espera sean excesivamente largas, yéndose más allá de los dos meses y llegando incluso al medio año.
Es una problemática a la que se le puede poner muchos nombres. Por ejemplo, el de Alba, vecina de Badajoz. Ella está de baja desde mediados de junio por ansiedad. Desde entonces, nos cuenta, el tratamiento que le han recomendado en el SES se basa en ansiolíticos. A partir de ahí y después de pedir la derivación a salud mental, asegura que el propio SES le recomienda contratar un psicólogo privado por la amplia lista de espera que tendría que soportar.
El suyo es uno de los muchos casos que, a diario, sufre la región y también el país. Porque, como admite Regalado, en Extremadura no ha habido un compromiso real para cambiar esta situación. Ahora, la pelota está en el tejado del nuevo ejecutivo regional, liderado por María Guardiola y que tiene la oportunidad de apostar realmente por cambiar la situación.