El vino de Extremadura que llegó a manos del Papa Francisco
Una edición limitada que llegó a sus manos como obsequio de la presidenta de Extremadura, María Guardiola

Francisco, Pago Los Balancines: "Ha sido una sorpresa"
Mérida - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
En medio del duelo por la muerte del Papa Francisco, una historia sencilla, pero profundamente simbólica resuena con especial emoción en Extremadura. La Bodega Pago Los Balancines, ubicada en Mérida, fue protagonista hace apenas unos meses de un momento inesperado y extraordinario: uno de sus vinos exclusivos, Cerro del Boticario, llegó hasta las manos del Santo Padre.
Este vino, una edición limitada de la D.O. Ribera del Guadiana con solo 574 botellas, fue el regalo elegido por la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, durante su reciente encuentro con el Papa. Un gesto que pretendía acercar al Pontífice una muestra del carácter, el alma y la tierra de esta región.
Los propietarios de la bodega se enteraron del acontecimiento de forma casual, al ver las imágenes del encuentro: allí, entre sonrisas y afecto, el Papa Francisco sostenía la botella con curiosidad y cercanía, como quien recibe algo hecho con cariño y cuidado.
Junto al vino, María Guardiola también entregó dos símbolos más de Extremadura: una encina de plata —representación de las raíces profundas del pueblo extremeño— y una copia del libro El Mozárabe, obra del escritor Jesús Sánchez Adalid, una novela que recupera la historia y espiritualidad de la España medieval y cristiana.
Hoy, tras el fallecimiento del Pontífice, este gesto adquiere un nuevo significado. No solo por la emoción que supone haber compartido con él un trozo del alma extremeña, sino porque el vino Cerro del Boticario pasará a la historia como uno de los últimos regalos con sello extremeño que recibió el Papa Francisco.