El enorme disgusto de una protectora de Coruña tras repartir casi 100 millones en Lotería de Navidad

La protectora coruñesa Gatocan activa el proceso para cobrar las participaciones en Abanca

Noela Bao

Coruña - Publicado el - Actualizado

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De repartir casi 100 millones de euros en la Lotería de Navidad a vivir en un constante disgusto. Es lo que le ha ocurrido a Gatocan, una protectora de animales de A Coruña que vendió miles de participaciones del segundo premio.

La inmensa alegría inicial enseguida dio paso a suspicacias, desconfianzas, enfados y hasta bajas. “De momento la lotería para Gatocan solo ha significado un disgusto detrás del otro”, reconoce la presidenta de la entidad, Beatriz Martín. Según cuenta, les ha supuesto “pérdida de socios por un motivo o por otro”.

Gatocan no juega a la lotería”

“Algunos porque dicen que no los avisamos, cosa totalmente incierta, porque a los socios se le manda cada dos meses una revista a su correo y en esa revista iba anunciada la lotería. Se anunció en las redes, se anunció en la página web. Yo no sé dónde más se puede anunciar”, se pregunta. Además, después del premio, “hubo también socios que interpretaron que Gatocan ya era millonaria como entidad y no necesitaba más colaboración”, algo falso porque “lo que hizo fue distribuir una buena parte del segundo premio. Gatocan no juega a la lotería, ni este año ni ninguno”.

La falsa creencia de que la lotería tocó a Gatocan está muy extendida, pero no es así. En realidad, recibió el mismo dinero que siempre. Repartió 4500 participaciones, que costaban cinco euros. Cuatro se jugaban al número premiado y un euro iba para la entidad. Y eso es lo que llevan: el euro de donativo, así que han recaudado 4500 euros. “Es lo que es lo que se gana, toque o no toque la lotería”, comenta Martín, que recuerda que “ no se puede jugar porque si la lotería no toca, que es lo habitual, lo pierdes”.

¿Cómo se cobran las participaciones de Gatocan?

Ahora, quieren que la gente cobre las participaciones con las mayores garantías, y eso implica que el abono, que se centraliza en las oficinas de Abanca, no será inmediato. Cada persona agraciada debe depositar la papeleta en cualquier oficina de la entidad, donde se les dará un justificante.

Una vez revisadas, la entidad realizará la tranferencia al número de cuenta que se haya indicado. “Procuraremos hacer la revisión semanalmente y se irán abonando por orden de llegada. Así que las que primero se depositen, van a ser las primeras en revisarlas y serán las primeras en cobrar también”, afirma Martín

Los décimos premiados esán depositados en la oficina principal de Abanca, y ya no están en posesión de Gatocan. La presidenta de la entidad justifica las garantías en que “pueden pasar muchas cosas y que hay que tomar unas medidas”. Habla de falsificaciones o “denuncias falsas diciendo que la perdió”. En todo caso, garantiza que “todo el mundo va a recibir un dinero que no tenía, entonces no sé cuál es el disgusto”.

El sueño de ampliar las instalaciones

La alegría para cada persona agraciada se traduce en 21.600 euros por cada participación, ya descontado lo que retiene Hacienda sobre el décimo. Beatriz confía en que una vez que pase todo esto, una vez que la gente empiece a cobrar, también haya algún donativo para Gatocan. Tienen los mismos objetivos que el año pasado y uno de ellos es ampliar el recinto a una finca que ya compraron en los últimos meses.

Ella misma donará porque adquirió de forma personal dos décimos completos, “yo sí jugué, pero yo no soy Gatocan”, comenta, y cree que, una vez abonado todo el dinero “quizá con esa pequeña ayuda que quieran hacer un donativo a Gatocan, yo creo que podremos finalizar esa ampliación”.

La alegría del Gordo... para un lotero

Pero no todos son sin sabores respecto a la lotería. Una historia bien distinta es la de un décimo del Gordo, el 88.008, que fue el único que se vendió en la localidad de Cambre. Lo más curioso es que lo compró otro lotero, Fran Ríos, propietario de la administración Ría do Burgo (Culleredo).

El billete lo compró sobre la bocina, el día antes del sorteo. Estaba en Cambre y decidió ir a la administración de Bernardo, compañero de “promoción” porque ambos abrieron sus negocios el 1985. Solo les quedaban dos y el que escogió sería el agraciado.

El día del sorteo, Fran estaba bastante desanimado porque no habían repartido nada. Subió a su casa para seguir los últimos compases cuando los Niños de San Ildefonso cantaron ese Gordo tardío. “Enciendo la a televisión y de repente salta el segundo permiso. Joba, qué mala suerte.... Tampoco me suena. Y de esto que a los pocos minutos sale el Gordo”. Su hijo llegó corriendo escaleras abiertas y confirmó la buena noticia: “¡papá, papá, papá! ¡que nos tocó el Gordo!”

“Es un alegrón, pero que no se puede expresar en una palabra”, describe el lotero, que añade que el premio “da pie a eso que el anuncio de la lotería, la lotería es compartirla”. El día anterior anunció que iba a compartir con su hijo y la empleada y así lo hizo. Ingresaron el dinero el martes en el banco, en tres partes iguales.

Explosión de ventas en el Filón de Oro

Dar un premio de Lotería de Navidad siempre ejerce un efecto llamada para todas las administraciones del área. En el caso del Filón de Oro, en la Rúa Nueva de A Coruña, repartieron más de 162 millones de euros de ese segundo premio que llegó Gatocan.

El dueño del local, Pablo Seivane, expresa su enorme alegría porque haya llegado a tanta gente distinta. Y el premio se ha traducido en “muchísima, muchísima más” afluencia. Tienes todos los días “desde que abrimos hasta que cerramos, cola” para el Sorteo del Niño. “Es el doble del año pasado, por lo menos. Si no más”.

Ahora, la gente confía más que nunca en la fortuna del lotero y, aunque las terminaciones más vendidas son el 5 y el 7, “lo que sí notamos es que ahora es el que elijamos nosotros, el que sea”. Es más “cuanto más raro sea y se le quede grabado, la gente lo lleva”