Las escuelas infantiles de A Coruña comienzan su actividad

COPE Coruña visita la guardería municipal de Monte Alto

Noela Bao

Coruña - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Nos situamos en el mercado de Monte Alto. En la plaza baja frente al Gadis están todas las ventanas abiertas, cubiertas con telas translúcidas pero con un sonido inconfundible: llantos de bebés. Estamos en la escuela infantil de Monte Alto, una de las que hoy vuelve a llenarse de colores con la vuelta a la normalidad.

Es momento de volver a la rutina y de reencuentros. Sara va feliz a la escuela infantil, con un pequeño carrito donde lleva una muñeca. Viene con su madre Iria, que hace de traductora: “¿te apetece mucho, amor?” “sí” dice ella, mientras ve de lejos a la directora que recibe a todo el alumnado: “¡Montse!”, exclama con alegría.

Su compañero Xiao llega unos segundos después, y Sara lo recibe con un “Chaao”. Él no está tan conforme con la vuelta a la rutina, y se esconde detrás de las piernas de su madre. “Las vacaciones le gustan demasiado”, declara ella, que es consciente de que “una vez que pasa la puerta, es otro niño.

VETERANAS Y NOVATOS

Para Paz es su último año en la guardería. Lo cuenta su madre, Silvia, que la lleva a hombros. “Está encantada con ir al cole”, dice, al tiempo que eso reconoce que “ayuda un montón” porque “no empiezas la mañana igual si la dejas llorando”.

A veteranas como Paz se suman nuevos compañeros con chupete, como Gabriel. Dentro de unos minutos se separará del carrito y de sus padres. Es su primer día y vienen los dos con él. Solo tiene seis meses, y su madre reconoce que le da pena la separación, aunque “hay que hacerlo”.

A las que tienen varios hijos todavía les queda unos días de conciliar. Arousa viene con su madre María a acompañar a su hermano Bento. Ella ya estuvo antes en la escuela infantil, pero ahora ya va “ao cole de cinco”.

UN EQUIPO EXCEPCIONAL PARA CONCILIAR

Un empleado riega las escaleras minutos antes de la entrada y el pasillo de acceso gotea al tiempo que entran bebés y madres, sobre todo madres, a las instalaciones. Las gotas golpean en un tejado de uralita y dejan su efecto en la humedad a la entrada a la escuela infantil.

Humedades en el acceso a la Escuela Infantil de Monte Alto

Humedades en el acceso a la Escuela Infantil de Monte Alto

A la vista está que no tiene las mejores infraestructuras, y la reforma del mercado de Monte Alto también beneficiará a esta escuela. Aún así, ninguna de las madres la cambiaría. Todas hablan maravillas del equipo de educadoras que se hace cargo de sus hijos durante unas horas, del proyecto y las actividades que realizan.

El tiempo que comparten los bebés con ellas es vital para poder conciliar. “Cuando llega el verano buscas nanny, campamentos... y no te da”, reconoce Iria, que es autónoma. Ahora, deja a su hija a las 9 y tiene hasta las 16h para poder trabajar.

VUELTA A LA NORMALIDAD

Aquí, en Monte Alto, los carteles de la entrada no son nada festivos ni coloridos. Piden distancia de dos metros y que los bebés se queden en casa si tienen síntomas.

Entrada a la Escuela Infantil de Monte Alto

Entrada a la Escuela Infantil de Monte Alto

Es un año de pandemia, pero con más relajaciones que el curso pasado. Las escuelas infantiles estrenan protocolo por el que se pueden dejar los carritos dentro de los centros o los peques pueden llevar su calzado sin necesidad muda.

Después de un rato, constatamos que los lloros van cesando. Todo pasa, hasta este verano de 2021 del que queda, un calor intenso y pegajoso que acompaña a la fotografía de la vuelta a la normalidad.