Las terrazas invaden las nuevas zonas peatonales de A Coruña: ¿abuso o servicio al ciudadano?
La Asociación de Hostelería defiende la actividad económica que generan mientras otras voces inciden en las trabas para la accesibilidad
Coruña - Publicado el - Actualizado
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La pandemia nos conminó a distanciarnos y, en A Coruña, sirvió para experimentar cómo funcionaría hacer peatonales algunas calles. El hecho de faciltar el paseo en detrimento de los espacios vehículos se fue consolidando, hasta el punto que ampliar el espacio para caminar es, ahora, una de las enseñas del gobierno local que preside Inés Rey.
Hay obras aquí y allá. Un buen ejemplo es Alcalde Marchesi. Ya peatonal entre Ramón y Cajal y Cuatro Caminos, el Ayuntamiento acomete ahora obras para habilitar plataforma única en un segundo tramo hasta A Gaiteira.
Pero aparte de más espacio para caminar, hay algo que se repite de forma invariable: en cada espacio ganado a los coches, aparecen terrazas de bares y restaurantes. De hecho, en este tramo, el local de la esquina ya ha ampliado sus mesas en el pavimento renovado, con las excavadoras a unos metros.
PREOCUPA MÁS LA RETIRADA DE APARCAMIENTOS
¿Qué les parece a las personas que viven y, por lo tanto, transitan por el entorno? A Miguel no le molesta. Este vecino de Río Monelos está jubilado, le gusta pasear y le preocupa más la falta de espacio para vehículos. "Yo lo veo bien desde un punto de vista, pero a quien tenga que aparcar tendrá que dejar el coche a las afueras", asegura. De un modo similar, Mónica y Pedro ven "necesidad" de que haya terrazas, para crear riqueza y atender el turismo, pero se preguntan "dónde se meten los coches que estaban aparcados antes".
Cerca, en A Cubela, hay una gran plaza en la trasera del Corte Inglés en la que, desde hace un tiempo, se suman decenas de mesas al lado de los niños que juegan al fútbol. Esther es vecina de la zona y, de vez en cuando, también usuaria de esta hostelería "yo pienso que hay plaza y plaza, también tienen que tener ganancia", afirma.
LA REGULACIÓN DE LAS TERRAZAS
¿Invaden las terrazas ahora más espacio peatonal que antes de la pandemia? Desde la asociación de hostelería aseguran que no. Sí hubo más manga ancha en las sucesivas fases de desconfinamiento por el cierre de espacios interiores, pero las terrazas, actualmente, pagan su tasa correspondiente, y lo hacen según el espacio que ocupan. A mayor "invasión", mayor es el precio que abonan al Ayuntamiento.
Para obtener licencia, tienen que presentar un proyecto firmado por un arquitecto que determine el número de mesas y sus ubicaciones. Los portales tienen que estar libres y deben que dejar sitio para el paso de la gente y de carritos de bebés. Así lo explica el presidente de la entidad, Héctor Cañete, que considera las terrazas un "servicio al ciudadano".
DEFENSA DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
"Es una actividad económica que genera empleo y riqueza", resalta, al tiempo que recuerda que representa "el 12 o el 13% del Producto Interior Bruto y no tenemos muchas actividades económicas más que el sector terciario". Por ello, va más allá que, " no solamente es un servicio, sino que es una forma de vida de los coruñeses".
La Ordenanza de Terrazas regula esta actividad,y la normativa está pendiente de actualización. Una de las cuestiones que prevé recoger, son los nuevos espacios situados en plazas de aparcamiento, que sí se incrementaron de forma notoria respecto a antes de la pandemia. En teoría, los bares que tienen autorizada la terraza fuera de la acera no pueden mantener mesas en la zona peatonal. Sin embargo, no son pocos los ejemplos que optan por las dos modalidades.
UN PROBLEMA PARA PERSONAS INVIDENTES
Pero no a todo el mundo les gustan las terrazas. Por el ruido que pueden suponer o porque ven que estorban a quien va caminando. Un ejemplo de protestas vecinales se da en Emilia Pardo Bazán, donde el proyecto de peatonalización reservó lo que antes era acera un espacio para los locales, Forzosamente, solo se puede caminar por el centro de la vía porque a los lados el paso está cortado.
Este modelo resulta especialmente molesto para las personas ciegas. Yésica Val, coruñesa invidente, explica que necesitan "ir con el bastón tocando la fachada para no salir a la carretera". Al estar la acera, o la parte más próxima a las casas ocupada por mesas y sillas "tenemos que salirnos de nuestra referencia para desorientarnos". Esto la hace sentir "muy insegura". "Esa sensación que tengo yo como persona invidente la tenemos todos los ciegos", asevera.
ALCALDE MARCHESI, "UNA GYMKANA"
Yésica es una de las impulsoras del Movimiento Tolleito, una iniciativa que reivindica la accesibilidad para todos los colectivos, algo que no se tiene en cuenta en las últimas actuaciones relacionadas con la movilidad. Un ejemplo de una calle que no es accesible es, precisamente, es el tramo ya reformado de Alcalde Marchesi.
Entre Ramón y Cajal se ha colocado pavimento verde y modernas jardineras: de modo que, para Yésica, "parece una gymkana". "Ya no son solo las terrazas, son los tiestos", dice, al tiempo que reflexiona sobre que la reforma "se supone que era para que pudiésemos caminar libremente y parece un camino de obstáculos",