A Coruña

Marea y PSOE aprueban definitivamente el presupuesto de 2018

Okupas de la Comandancia de Obras interrumpieron la sesión al grito de 'A Insumisa Non Se Merca'

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los votos del Partido Socialista permiten a Marea Atlántica aprobar definitivamente el presupuesto de 2018 del Ayuntamiento de A Coruña.

El gobierno herculino manejará este año unas cuentas de 246,8 millones de euros, un incremento global del 3,5% respecto a 2017 pero con un 2% menos de inversiones. La reforma de la cubierta de Riazor es el único proyecto estrella de estas cuentas, que invierten más en bicicletas que en la renta social

Tras una intervención llena de críticas a la gestión de la Marea, el portavoz socialista José Manuel García justificó el apoyo de su grupo como “un ejercicio político de responsabilidad” para que la ciudad de A Coruña tenga “una oportunidad”.

La concejala de Facenda, Eugenia Vieito, calificó el presupuesto como unas cuentas “expansivas” que “ahondan en el combate contra la desigualdad e impulsan un espacio público de calidad”. Agradecía el voto a favor del PSOE, al que ya pide apoyo en el futuro.

Tanto el PP como el BNG votaron en contra del presupuesto. Ambos grupos presentaron alegaciones, desestimadas por el grupo de gobierno en apenas dos días.

La portavoz popular, Rosa Gallego, aseguró que las cuentas que hoy se aprobaron “no van a resolver ningún problema” de los coruñeses, y acusaron a los socialistas de firmar un “cheque en blanco” a más impuestos y menos inversiones.

Por su parte, la nacionalista Avia Veira lamentó que Marea Atlántica rechazase introducir en las cuentas mejoras en los barrios o propuestas que constaban en su propio programa electoral.

La sesión ha estado marcada por una imagen: la de un grupo de okupas del CSO A Insumisa, que desplegaron una pancarta con el lema “ A Insumisa Non Se Merca” e interrumpieron a gritos la sesión.

El colectivo se opone al desalojo de la Comandancia de Obras de A Maestranza, 'okupada' desde noviembre de 2016. Tras varias peticiones de silencio, el alcalde, Xulio Ferreiro, ordenaba a los policías locales que desalojasen a las personas que protestaban del salón de plenos.