Un narcopiso en Os Castros, el foco del intento de homicidio del Jueves Santo en A Coruña

El presunto agresor vendía droga a la víctima del apuñalamiento. Desde el Sindicato Unificado de Policía piden más personal para ser más efectivos ante este tipo de delincuencia

Noela Bao

Coruña - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El último intento de homicidio en A Coruña pone el foco de nuevo en un término cada vez más familiar: narcopisos. Fue en una vivienda de Os Castros en la que se trafica con sustancias ilegales donde la policía encontró al hombre de 46 años que atacó con una arma blanca a un joven magrebí de 25.

Sucedió en torno a las seis de la mañana del Jueves Santo, supuestamente por una discusión por drogas. El detenido, que ya está en prisión, asestó puñaladas en una pierna y el cuello al joven en plena calle, en el cruce de Os Castros con la avenida de Oza. Luego, se refugió en el conflictivo piso, situado en la calle Miramar, en el entorno del centro cívico de San Diego. Él también estaba herido.

UN BARRIO TRANQUILO

Esta parte de Os Castros es un barrio tranquilo, con mucha gente mayor. Así lo define Pedro, que se crió aquí, y está detrás de la barra de un mesón familiar cerca de la vivienda que, con la venta de droga, ha creado alrededor un foco de delincuencia. "Es gente totalmente ajena al barrio", afirma.

Cuenta que quien nota los problemas, realmente, es quien vive en el mismo edificio "tengo una clienta en el bar que vive ahí, que le entraron en el piso y se lo desvalijaron". Cree que "es una faena" porque "que te roben la televisión es distinto para una persona que para otra", en referencia al estrato humilde de la zona. "Somos un barrio trabajador y humilde y te fastidian las pocas pertenencias que tienes", declara.

Este hostelero, eso sí, se niega a que, ahora, Os Castros tenga el estigma de barrio inseguro. Al menos, no más que otros, porque ve que los narcopisos están diseminados en todas las zonas de la ciudad. "Mis amigos de otros barrios piensan que vivimos en el Bronx, directamente", pero en Os Castros "es muy marginal, es algo entre ellos". Eso sí, "robos y esas cosas sí que hay que tener más ojo esta temporada", advierte.

EL EFECTO INDESEADO DE LA PRESIÓN POLICIAL

Se da la circunstancia de que, desde hace seis años, vive con su mujer en O Castrillón. Allí si que ve un problema más enquistado con el tráfico de drogas en varios puntos, pero, desde hace unos "dos meses", se ve una vigilancia policial mucho más intensa. Y en este caso, a a su juicio" la presión policial en el barrio del que es vecino ha derivado en el traslado del trapicheo a puntos como este de Os Castros.

"La policía está muy encima de ellos", cuenta, al tiempo que relata que los delincuentes "escapan de la presión policial hacia otros barrios". Entiende que la actuación policial "es fantástica pero se entiende que no pueden estar en todos los sitios y a todas horas porque esto está superrepartido".

LA LUCHA CONTRA LOS NARCOPISOS

Esa impresión la corroboran desde la policía nacional. "Estamos cerrando unos pero abren todos", asegura el secretario local del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Alberto Pérez Espantoso. Estos narcopisos "están por toda la ciudad, no es que sean muchísimos pero cuando a uno le cierras el chiringuito, se marchan a otro lado y lo vuelven a abrir".

Pérez tiene claro que estos puntos de venta de estupefacientes son un foco de delincuencia alrededor, con incidencias como la que sucedió la madrugada del jueves. "Estamos observando cómo se repiten esa serie de incidencias... la droga es lo que tiene. Temas de si vendo yo o vendes tú, de si vendes dinero... y al final acaba sucediendo esta tragedia".

NECESIDAD DE REFUERZOS POLICIALES

La policía está encima de estos narcopisos. De hecho, gracias a las demandas del sindicato, se han reforzado los medios, con servicios

"extraordinarios" que permiten un aumento de patrullas en la calle en los últimos días. Pero el problema, señala Alberto, es de raíz. Aboga por actualizar el catálogo de puestos de trabajo para aumentar plantilla y adaptarla a los delitos más comunes actualmente.

"Si salimos tres vehículos en la calle, uno detiene al del navajazo, otro va al juzgado a cubrir, el otro al hospital... la ciudad se queda sin cubrir", asegura. Señala que, de media, salen "3-4 coches" cada día cuando hace una década eran unos "8 ó 10, y la cosa no estaba tan mala como se está poniendo ahora".

LA JUSTICIA NO ACOMPAÑA

Otro de los problemas a los que se enfrentan es el sistema judicial, que permite que este tipo de delincuentes quede en libertad enseguida. "Los cogemos y están saliendo ellos casi antes que nosotros acabar el servicio". Pese a las amonestaciones por tenencia de drogas o las incautaciones de armas blancas, siguen actuando. "A ellos les está dando igual", afirma.

La situación de A Coruña, la falta de patrullas y la necesidad de más personal son cuestiones que quieren trasladar al nuevo delegado del Gobierno. Ya han pedido una reunión con José Ramón Gómez Besteiro.

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