Perros abandonados ayudan a la inserción de personas con enfermedad mental en A Coruña

La Fundación María José Jove pone en marcha AyudanDOG para que este colectivo acuda como personal voluntario al refugio Gatocan

Noela Bao

Coruña - Publicado el - Actualizado

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Promover la inserción social y laboral de personas con enfermedades mentales a través del cuidado de perros abandonados. Eso es lo que persigue AyudanDOG, un proyecto piloto impulsado por la Fundación María José Jove.

Personas usuarias de APEM, la Asociación Pro Enfermos Mentales, participan en esta iniciativa. Tienen entre 19 y 45 años y acudirán cada semana al refugio de Gatocan durante un año.

Ayuda mutua

Se trata de “ayudar a los perros abandonados que están en el refugio” y a la vez que los animales “puedan ayudar a las personas con enfermedad mental”, explica Emma Justo, la coordinadora de salud de la Fundación. “Una ayuda recíproca y un beneficio mutuo”, describe.

Este martes será la segunda sesión de un programa que busca promover la asunción de “responsabilidades” por parte de estas personas con enfermedad mental. “Estas personas ya sabemos que tienen una inserción laboral un poquito más complicada y socialmente también”, cuenta Emma. A partir de la “responsabilidad hacia el perro” se trata de que “se reinserten laboralmente en alguna actividad que desarrollamos”.

imagen de Ayudandog

imagen de Ayudandog

El programa ha arrancado con un grupo reducido ocho personas que van una vez a la semana al refugio. “Dependiendo de la enfermedad que tengan el tratamiento es bastante duro y les cuesta un poco adquirir una responsabilidad a la hora de comprometerse en un programa tan seguido”, señala. Si todo sale bien, se extenderá “tanto a más usuarios como a todo lo que se pueda, porque en el refugio necesitan ayuda de todo tipo y cualquier día del año”.

Beneficios emocionales

La iniciativa se hace en colaboración con la empresa Candamin de educación canina. No es la primera vez que usan perros en diferentes programas sociales. Lo más habitual son canes de terapia como los que, desde hace ocho años, se pueden ver en el CHUAC en beneficio de la población infantil ingresada o con menores víctimas de violencia de género

“Disminuye la ansiedad y mejora la seguridad a la hora de declaración de los menores en el juzgado”, asegura la coordinadora de salud, que resalta los “beneficios que obtenemos a nivel emocional”. Hasta ahora, “la experiencia es buenísima”.