Dolores Vázquez sigue sin indemnización tras 25 años del monumental error judicial del Caso Wanninkhof

Betanzos (A Coruña) rendirá homenaje a la mujer, que rehizo su vida en Galicia tras pasar 17 meses en prisión por un crimen que no cometió

Noela Bao

Coruña - Publicado el

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La gallega Dolores Vázquez recibirá en su localidad natal el homenaje que nadie le dio después de ser injustamente acusada de matar a Rocío Wanninkhof . La mujer llegó a estar 17 meses en prisión en los años 90 y sufrió un intenso juicio mediático en su contra hasta que se demostró su inocencia. El ADN demostró que Tony King, un violento británico con antecedentes, había terminado con la vida de la joven en Mijas (Málaga)

El ayuntamiento de Betanzos, en A Coruña, prepara un pequeño acto de resarcimiento a una mujer que nunca recibió indemnizaciones por el daño ocasionado. Con este gesto, intentan desde el consistorio “paliar, aunque entendemos que no es posible, una deuda que la sociedad tiene con ella”, señala a COPE la alcaldesa de Betanzos, María Barral.

HOmenaje a Dolores Vázquez en Betanzos

“Esta mujer fue doble e injustamente juzgada”, recuerda la alcaldesa, que destaca que “sufrió una condena y estuvo 17 meses privada de libertad, injustamente, como se demostró después” además de “un juicio moral por parte de la sociedad impagable”.

De este modo, el ayuntamiento de Betanzos le entregará a la mujer el premio Úrsula Meléndez de Texeda el día 23 de marzo, a las 12:30h, tal y como han aprobado por unanimidad todos los grupos de la corporación. “Creemos que la sociedad tenía una deuda con ella y el concello pondrá su grano de arena para rendirle un homenaje más que merecido”, apunta Barral. Entiende, no obstante, que es “insuficiente para todo lo que pasó y sufrió desde hace décadas”. A día de hoy, aún no ha recibido ninguna indemnización por los daños ocasionados.

¿Quién es Dolores Vázquez?

Dolores Vázquez rehizo su vida años más tarde de forma discreta en su localidad natal y desde hace un tiempo volvió a su localidad natal de Betanzos y rehizo su vida de forma tranquila, apartada del foco mediático. Como una vecina más, pese a ser una de las víctimas más emblemáticas de un error judicial en España.

En el año 2000, fue condenada injustamente por el asesinato de Rocío Wanninkhof, una joven de 19 años cuyo cuerpo apareció sin vida en Mijas (Málaga). Su caso generó una gran controversia mediática y puso en evidencia fallos en el sistema judicial español.

EFE

Imagen de archivo de Dolores Vázquez

Dolores Vázquez era una mujer de origen gallego que había mantenido una relación sentimental con Alicia Hornos, madre de Rocío Wanninkhof. Antes de su acusación, llevaba una vida discreta en la Costa del Sol. Sin embargo, su vínculo con la familia de la víctima y su personalidad reservada hicieron que se convirtiera en la principal sospechosa del crimen.

El asesinato de Rocío Wanninkhof

El 9 de octubre del 1999, Rocío Wanninkhof desapareció tras salir de su casa en Mijas. Semanas después, su cadáver fue hallado con signos de violencia. La presión mediática y la falta de pruebas contundentes llevaron a una investigación sesgada, en la que Dolores Vázquez fue señalada sin evidencia sólida.

De izq a derech: Dolores Vázquez, Rocío Wanninkhof y Alicia Hornos

Una condena basada en prejuicios

En 2001, Dolores Vázquez fue condenada a 15 años de prisión, pese a la ausencia de pruebas forenses o testigos que la incriminaran directamente. Su carácter frío y distante fue utilizado en su contra, y la influencia mediática creó un ambiente de linchamiento público.

El verdadero culpable

En 2003, el caso dio un giro inesperado cuando el ADN de Tony King, un británico con antecedentes por delitos similares, fue hallado en el cuerpo de otra joven asesinada, Sonia Carabantes. Su perfil coincidía con el asesino de Rocío Wanninkhof, lo que llevó a la revisión del caso. Dolores Vázquez fue finalmente exonerada, pero ya había pasado 17 meses en prisión.

El impacto del caso y la falta de una reparación

A pesar de ser declarada inocente, Dolores Vázquez nunca recibió una compensación justa por el daño sufrido. Su caso puso en evidencia los peligros de los juicios mediáticos y la falta de garantías en ciertos procesos judiciales. Hoy en día, sigue siendo un símbolo de la injusticia en España.