El drama de Juan, un vecino de A Coruña que no puede salir de casa: "La vida en prisión es muy mala"

Juan y su madre viven atrapados en su hogar desde hace casi diez años por falta de un elevador en su edificio

Eva Iglesias

Coruña - Publicado el

6 min lectura

Juan es un vecino de A Coruña que vive con su madre nonagenaria en un tercer piso de un edificio de cinco plantas sin ascensor en el barrio de A Falperra, en A Coruña. Juan y su madre llegaron a este inmueble en 2015, huyendo de Venezuela, donde Juan estaba amenazado de muerte por el alcalde de su localidad porque querían "quitarme unos terrenos". 

Y prácticamente, desde el primer momento que llegaron, han intentado poner un ascensor porque desde hace casi diez años prácticamente no salen de casa. "Estamos, como se dice, en una cárcel", reconoce Juan.

Este vecino coruñés cuenta que su madre tiene cáncer de intestino y tuvieron que ponerle una bolsa tras una ostomía. Después de esta operación, relata, el problema es que cada vez que tenía que salir a la calle necesitaba "una silla de ruedas especial" para bajar las escaleras y al bajar los escalones se golpeaba y pasaba "cuatro o cinco días con dolor de espalda y en la cama".

Ante esta situación, los profesionales sanitarios decidieron que en vez de acudir una ambulancia a recogerla para llevarla al hospital sería un médico el que la visitaría en su domicilio cuando lo necesitase, pero, "a mí me da pena porque el médico tiene que subir las escaleras", apunta Juan. 

Así que, desde el 2016, su madre "no sale de casa. Salía para ir al hospital pero la oncóloga me dijo: mira, cualquier cosa me llaman y yo les doy tratamiento. Salíamos porque ya no salimos". 

Vivir sin salir de casa

¿Y cómo es vivir sin salir de casa? La madre de Juan "ya no camina. Entonces la tengo que levantar yo de la cama para la silla, se lo pasa todo el día en la habitación viendo la televisión y con mis nietos, o sea, los perros, que tengo dos chihuahuas y le hacen compañía. Yo tampoco puedo salir porque no la puedo dejar sola. Yo salgo solamente al abasto, a la farmacia y a los bancos. Entonces, estamos, como se dice, en la cárcel", apunta este vecino coruñés. 

La situación que sufren Juan y su madre tampoco es ajena al resto de vecinos que viven en este inmueble. "El del quinto vendió. Era una persona mayor, vendió el apartamento económico para poder comprarse otro. Ahora vive una pareja joven pero, a veces, da lástima porque tienen que cargar al niñito. 

A la del segundo le dio un ictus y se tuvo que ir del edificio a la casa de la hija. La del tercero cogió un problema en el pulmón y, entonces, también le cuesta subir las escaleras. Y los del cuarto son dos personas mayores: una sufre de una rodilla y el otro tiene problemas también. Yo no sé cuál es la necesidad, estamos pasando penas por un ascensor que todo el mundo quiere pagar", se lamenta.

Juan explica que desde el 2017 lleva intentando que pongan el ascensor en el edificio. Asegura que el dinero no es el problema sino que el ayuntamiento "pone muchas trabas" para conceder la licencia para instalar el elevador "que si un peldaño, que si tres" lo que ha provocado que se haya tenido que cambiar "varias veces el proyecto". 

Esto también ha traído como consecuencia, subraya Juan, que la instalación se haya encarecido con los años "empezó costándonos 9.000 y ahora ya va por 15.000 ó 20.000 euros dependiendo de cuando nos lo acepten". "Vamos a pagarlo, lo que pasa es que ellos (el ayuntamiento) no nos dan la autorización para hacerlo", señala.

 Este vecino coruñés indica que "varias veces" le ha dicho a su madre "de vender aquí e irnos para un pueblo, no sé dónde, pero ella no quiere, porque nació aquí y esta casa era la de su padre y su madre", añade. A Juan le gustaría que el ascensor llegase antes de que su madre se muera. "Me gustaría irme de paseo con ella y tomarme una cañita porque la vida en prisión es muy, muy mala. Yo no he cometido ningún crimen más que venirme de Venezuela", sentencia. 

PLENO MUNICIPAL

Esta situación, la de Juan y otros muchos, ha sido llevada por el Partido Popular al pleno municipal del ayuntamiento de A Coruña de este mes de octubre. Los populares han pedido en una moción que se haga una ordenanza que regule la concesión de estas licencias, que se cree una oficina de técnica de accesibilidad que agilice la concesión de esas licencias en un plazo máximo de tres meses y que se incremente la partida destinada a esta cuestión en al menos dos millones de euros. 

El concejal de urbanismo, rehabilitación y vivienda del concello de A Coruña, Francisco Dinis Díaz Gallego, ha negado en esta sesión plenaria que no se esté ejecutando la partida de ayudas a la instalación de ascensores. Asegura que esa partida destinada a rehabilitación se ha ejecutado en un 84%. 

"¿Saben cuántas viviendas se han beneficiado sólo en 2024 de las ayudas municipales de accesibilidad? 670. ¿Sabe cuántas personas con movilidad reducida han mejorado su vida con la instalación de un ascensor gracias a las ayudas municipales? 77", ha apuntado el concejal de urbanismo. 

Respecto a la denegación de muchas de esas ayudas, de lo que lo ha acusado el PP, Díaz ha resaltado que "sabemos que la Xunta de Galicia está subvencionando edificios de viviendas de uso turístico, pero nosotros, como ayuntamiento subvencionamos sólo edificios que son viviendas habituales".

comunidades de vecinos

La presidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Galicia, Teresa Suárez, ha subrayado que esta situación afecta a a un "importante" número de edificios y alerta de que no estamos sólo ante una "cuestión de accesibilidad" sino que también se produce un "deterioro de los barrios en donde están estos edificios". 

Los principales problemas que afrontan estas comunidades de vecinos de edificios que no cuentan con ascensor son "adaptar el espacio existente a la normativa que requiere la instalación de un ascensor nuevo. 

En muchos casos, la obra civil es muy importante porque esta adaptación implica, incluso, que haya que coger espacio en las viviendas, en local comercial o incluso en patios. Hay algunos casos en los que también se puede autorizar la instalación del ascensor por una fachada".

Esto supone que haya que "llegar a un acuerdo con los propietarios que estén afectados por esa cesión para que lo acepten". Si no aceptan, las opciones pasan porque se apruebe esa instalación por "mayoría simple" de la Comunidad, es decir, la mitad más uno de los propietarios o de coeficientes. 

A partir de ahí, se tiene que solicitar judicialmente y "que sea un juez el que lo imponga" o realizar la instalación los que la promueven y "pagarla ellos por su cuenta. El resto de propietarios están obligados a permitir esta instalación". 

El otro problema es el dinero. Hay casos en los que suele coincidir que "el edificio tiene esta necesidad y los moradores tienen una renta baja". En este caso hay "diferentes fórmulas. Si la necesidad es tan imperiosa y hay algún propietario que tiene dificultad se puede utilizar un sistema de financiación o se puede, incluso y lo hemos visto, que el resto de propietarios adelante o ayude o mejore las condiciones de ese propietario que tiene más dificultades", concluye la presidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Galicia.

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