¿Te falta una pieza en el coche? Imprímela en 3D
De figuras a maquinaria para astilleros, la impresión 3D gana terreno mucho más allá del uso doméstico. Una empresa de A Coruña fabrica piezas de todo tipo para España y Portugal
Coruña - Publicado el - Actualizado
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La fabricación aditiva, o impresión 3D, gana terreno. Cada vez son más populares las impresoras que, en vez de plasmar tinta en un papel, fabrican piezas. A partir de un modelo digital, las máquinas generan, capa a capa, objetos de todo tipo.
Las posibilidades que tiene la fabricación aditiva son muchísimas. Desde el sector sanitario o industria a un repuesto de coche descatalogado o una pieza de arte. De hecho, hay una empresa de A Coruña que imprime de todo. Awen Technologies se creó en pandemia y no dan abasto con los encargos.
FABRICACIÓN INDUSTRIAL Y REPUESTOS
“Se tiene el concepto de que es algo como de hobby para pasar el rato, pero realmente se puede aplicar en cualquier campo de la vida”, cuenta Juan Santos, el responsable de la empresa. Uno de los más habituales es el de la industria. “Trabajamos piezas para toda España y Portugal, todo relacionado con fábricas, líneas de producción, dentistas, diseñadores, arquitectos... la verdad es que tenemos gran variedad de campos que tocamos”, asevera.
Una de las demandas mayores es la de imprimir piezas descatalogadas. Sin ir más lejos, repuestos de automóviles que no se encuentran ni en desguaces. “Es algo muy recurrente, ya no solo en automóviles, que suponen 75-80% de las piezas que nos solicitan”, sino también “para electrodomésticos”. “Lo que se conoce como obsolescencia programada, la estamos solucionando con la impresión 3D y la verdad es que ahorramos mucho, mucho dinero a los clientes en este aspecto”, relata este empresario.
MATERIALES QUE DURAN
En función de la pieza que sea, deciden el material que se usa. El más habitual es plástico pero también hay metales. Hay gente que va con un diseño ya listo, que les lleva fotos u otra pieza que escanean en 3D para replicar. A partir de ahí, la duración para tenerla lista varía. Imprimir una taza puede llevar cinco horas, pero objetos de un metro se fabrican en una semana.
Una de las dudas es si este tipo de piezas duran igual que las de fábrica. “Si se aplican los materiales correctos, sí, incluso pueden rendir mejor que las originales”, afirma Juan. De hecho, cuentan entre sus encargos “algunas piezas de serie que se fabrican en calamina, que es una especie de metal. Las estamos fabricando con un plástico, según unos ensayos están funcionando mejor que las piezas originales”.
INFINITAS POSIBILIDADES DE FUTURO
En Awen Technologies no se aburren. Sobre la mesa, ahora mismo tiene encargos para imprimir los premios del festival de cine de Ourense, para un astillero de Ferrol o diseños de producto para fabricar. Las posibilidades son infinitas, hasta construir casas . De hecho, Juan destaca que hay empresas que están haciendo ensayos para edificación “en vez de construir con plástico, construyen con barro, con cemento... una barbaridad, es algo digno de ver”.
Lo que tiene Juan es que esta tecnología todavía va a avanzar mucho más en un futuro próximo y cambiará la forma de producir y consumir. “Por ejemplo, respecto a las piezas descatalogadas, lo más probable es que el día de mañana muchos fabricantes ofrezcan a los clientes finales la opción de descargarse el fichero de esa pieza que se ha roto y que la puedan llevar a un servicio de fabricación aditivo para que se la repongan”, vaticina
UNA IMPRESORA 3D EN CASA: LA EXPERIENCIA DE JAIRO
Actualmente se ha popularizado esta tecnología y podemos tener impresoras 3D de uso doméstico. ¿Cuánto cuestan? Desde 200 euros las más básicas a unos 1200. Jairo, coruñés, tiene 14 años y lleva dos meses con la suya. La compró por piezas y la montó él.
Cuenta que aprendió a usarla de forma autodidacta. “Me salía por vídeos, redes sociales y me encantó”, relata, ya que “puedo hacer un montón de figuritas y a mí que me encantan los soldaditos, hacerlos y pintarlos, hago mis propias maquetas y proyectos”.
LOS PRIMEROS ENCARGOS Y EL FUTURO
Compra las bobinas por kilo y cada material requiere de una boquilla diferente, por el grosor. De momento usa PLA, un plástico negro con el que ha hecho varias figuras, pero también otro tipo de objetos como un portabucales para su hermana, que practica taekwondo. “Como tienen problemas para encontrarlos tú le das esa solución. Es de plástico y tú tienes que diseñar las bisagras, para que abra y cierra y donde encaje. El resto puede ser la forma que quieras”, asegura.
Ahora mismo, hay academias que ofrecen formación específica en impresión 3D . Sin embargo, Jairo prefiere seguir aprendiendo a base de vídeos en Internet y desde su propia práctica. Es un campo al que le “encantaría” dedicarse. “Me gusta diseñar, me gusta la tecnología” y además, le ve un “gran futuro”. “Si te das cuenta mezclas diseño gráfico y las matemáticas. Lo que aprendes en el colegio por una vez lo ves aplicado en la vida real”, concluye.