Jugar a videojuegos puede exponer a tu hijo a delincuentes sexuales: "Se camuflan..."
A Coruña acoge Ciberland, una iniciativa que busca concienciar sobre el uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías
Coruña - Publicado el - Actualizado
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Tres grandes contenedores, en medio de la plaza de María Pita de A Coruña, muestran términos tan modernos como grooming, vamping, phishing o nomofobia. En esta especie de parque temático de peligros digitales, los asistentes aprenden a través de juegos o preguntas que una persona que ves en internet puede que no exista, que el Ciberacoso está penado o cómo hacer que nuestras contraseñas sean seguras.
Se trata de la iniciativa Ciberland, organizada por la Fundación Mapfre y la Policía Nacional. La exposición itinerante es para todas las edades, pero especialmente, para los más jóvenes, a los que se anima a pesar en una balanza el tiempo que pasan con su familia o con el móvil o a tejer con un hilo su día a día en función de las actividades que prevalezcan.
Cuando el móvil es un apéndice más del cuerpo
“A veces una simple búsqueda en Google sirve para contrastar la veracidad o no de una noticia”, contaba uno de los monitores a un grupo de estudiantes del instituto de Elviña para enseñarles en unos simples pasos a detectar fake news. Tienen entre 14 y 15 años y todos tienen móvil. De hecho, es “un apéndice más” de su cuerpo", según confirma José Rodríguez, orientador del centro.
El docente ha acompañado al grupo a esta excursión cibernética aunque cree que todo podría ser peor: en el instituto, usar el móvil está prohibido y eso reduce riesgos de conductas como las que presenció en otros centros educativos en los que estuvo “Había muchos problemas, sobre todo, en los grupos de Whatsapp”, relata, porque “a veces los comentarios se malinterpretan, alguna imagen... y al final se generan roces y problemas”.
Redes sociales y videojuegos, campo para la delincuencia
Quien sabe perfectamente qué significan los términos del principio del artículo Alberto Arias, delegado de Participación Ciudadana del 091 en A Coruña. Trabaja en concienciar sobre cuestiones como estas y recuerda que los menores son mucho más vulnerables que los adultos a la hora de exponerse a contenidos digitales. “Nos pasa también a personas mayores que suplantan la identidad de bancos o de organizaciones para estafarnos... con los menores utilizan técnicas similares de ingeniería social para llevar a cabo conductas más gravosas".
Si cualquiera de nosotros tenemos que estar con mil ojos para verificar que un correo o un mensaje de texto no es una estafa, para un estudiante esas precauciones se multiplican. Y no solo en redes sociales. También en videojuegos: “Los pederastas y los pedófilos a veces se camuflan como otro usuario más en determinadas redes sociales o en contextos de videojuegos para llegar a alcanzar a menores que están jugando sin la supervisióin de un adulto”, alerta.
En sus charlas intenta proponer situaciones reales para poder estar alerta si alguna vez los menores las experimentan. Y una de las cuestiones que más preocupa es el acoso escolar, que además es delito. En esto, un abordaje temprano por parte de la comunidad educativa es clave para que los casos no vayan a más. “La comunidad educativa tiene que estar muy atenta”, opina, porque si se actúa “en primeras instancias, los efectos son mucho menos graves” de esa “violencia” ejercida en el ámbito de un centro escolar.
Pero esto no significa que los padres tengan que desentenderse de este control. La labor, supervisión y acompañamiento por parte de los progenitores es fundamental. “No es razonable que un menor aprenda a utilizar las redes sociales de forma autónoma, es mucho más factible que sus padres estén pendiente de cuál es su navegación”, además de “alertarle de los comportamientos que pueden perjudicarle a él mismo y a otras personas”.
Cuándo visitar Ciberland en A Coruña
Ciberland se puede visitar en la plaza de María Pita, de nueve de la mañana a dos de la tarde y de tres de la tarde a siete. El sábado, último día, el horario se amplía hasta las ocho de la tarde.