Pierde la cartera en A Coruña y, 3 años después, le reclaman intereses de un préstamo que nunca pidió: "En 10 minutos"

Los expertos recomiendan proteger al máximo nuestros datos personales para evitar vernos inmersos en problemas indeseados 

Noela Bao

Coruña - Publicado el

5 min lectura

Ahora mismo, la fotocopia de un DNI es un caramelo para los delincuentes. Y si no, que se lo digan a Marco. Este joven perdió la cartera en A Coruña en 2022. Lo denunció a la policía, renovó la documentación, y rehizo su vida. 

La sorpresa llegó cuando a principios de 2025 recibió una citación judicial. Una empresa le reclamaba que pagase un préstamo bancario... que él nunca había solicitado

Era un supuesto préstamo de 300 euros y, con los intereses, lo que le reclamaban ascendía a 900 euros de un banco que no es el suyo. “Aparecía un número de cuenta donde supuestamente se había ingresado ese dinero. Era de un banco donde él nunca tuvo cuenta en ningún momento”. Por eso, les quedó claro que ahí era imposible que “pudieran ingresar nada”, cuenta Isabel, la madre del joven. 

Una SUPLANTACIÓN muy habitual 

Con el susto en el cuerpo, fueron a un abogado y ataron cabos. Al contarles lo de la cartera, el letrado les dijo que lo más probable era que le hubiesen suplantado la identidad con la documentación que había perdido. “Dijo que era muy habitual, que seguramente fuera una persona con su nombre y su DNI”, ya que “en 10 minutos” se puede “pedir perfectamente online un crédito” y que era “usurpación de identidad”.

Con el consejo legal, fueron a la Guardia Civil a denunciar los hechos, avisaron al banco y ahora están a la espera de que el juzgado resuelva. Y esto les ha supuesto un gasto no esperado, por el abogado y el procurador. Y lo peor es que “no hay garantía” de que recuperen el dinero.

No pagar... y denunciar 

Aunque esto suponga romperse la cabeza, tienen claro que no van a pagar la cuantía que les reclaman. Tanto el abogado como Guardia Civil les han aconsejado que no lo hagan, porque “puede ser que no solo venga este préstamo, que vengan más, y luego es mucho menos creíble ante el juez”, dado que se puede preguntar “¿cómo usted paga el primero y el segundo me dice que no fue usted?”

Y de ahí, el siguiente consejo que da, el mismo que recibió la familia: “Que es fundamental denunciar a la Guardia Civil” cuando se pierde una cartera. En este caso, importantísimo acudir a las fuerzas de seguridad no solo la suplantación de identidad, sino el extravío de la documentación, que en su caso supuso un paso “muy, muy importante” para probar que el joven no era un moroso, sino una víctima más de los delincuentes.

Europa Press

Esto no solo puede pasar si perdemos la cartera. Porque muchas veces somos nosotros los que compartimos voluntariamente el DNI para algún trámite, alquiler, compra o incluso viaje. Y uno de los consejos básicos es no compartir una foto de nuestra documentación o tarjeta por Internet bajo ningún concepto. Solo se debería hacer si es a alguien “de la máxima confianza” y, en todo caso, se recomienda “pixelarlo o poner una marca de agua”, señala la abogada coruñesa María Ascensión García Castaño.

Suplantaciones constantes

Lo cierto es que la ciberdelincuencia cada vez refina sus estrategias, con ingeniería social. Saben quién somos, qué nos gusta, dónde vivimos y dónde nos movemos. Y esto, con algún documento personal, nos puede provocar muchos problemas. La policía y los juzgados no dan abasto con las ciberestafas, y eso que muchas de estas fechorías quedan sin denunciar, a veces por vergüenza cuando somos nosotros los que proporcionamos voluntariamente nuestros datos personales.

En su ejercicio diario, María Ascensión García Castaño ve "muchísimas" de estas denuncias, como una mujer “un poco mayor” que decía que le habían llamado de Abanca y me dijeron que tenía un problema en el cajero y que le “mandarían un mensaje”. Tras obedecer a las instrucciones, “accedieron a toda su cuenta” y fueron retirando dinero hasta cargar en la cuenta 2500 euros.

Los delincuentes cada vez refinan más sus métodos, y con datos como los del DNI “pueden hacer otra estafa” o “utilizar tu DNI para abrir cuentas en otro sitio”. Y resolverlo, puede llevar su tiempo.

A la investigación policial sigue la del juzgado, y no siempre se consigue dar con los culpables o recuperar el dinero, admite la letrada.

Nuestros datos, moneda de cambio 

El caso es que la información, hoy en día, es muy valiosa, y la compartimos constantemente en Internet. Los datos personales son una "moneda de cambio”, reconoce Fernando Suárez, presidente del Colegio de Ingeniería Informática de Galicia. Para utilizar buscadores o redes sociales “no pagamos con dinero en muchas ocasiones, sino con nuestros datos, por lo que tenemos que ser conscientes del impacto que tienen". 

Lo que quizás pueda sorprender es que no son precisamente las personas mayores las preferidas por esta ciberdelincuencia. Es muy habitual que los delincuentes se fijen en personas de entre 30 y 55 años. “Tal vez hagamos un uso más masivo de la tecnología”, resalta Suárez, y “somos consumidores muchas veces de servicios de comercio electrónico en los que estamos haciendo transacciones económicas, en los que estamos dando nuestros datos bancarios, etcétera”, por lo que “somos más golosos, somos más atractivos para los delincuentes”.

En muchas ocasiones, no pagamos en Internet con dinero, sino con nuestros datos

Fernando Suárez

Presidente del Colegio de Ingeniería Informática de Galicia

Consejos para prevenir estafas

Desconfiar de algunas llamadas o de lo que leemos en redes sociales, por sistema, es una de las mejores formas de prevención. Abundan las llamadas con ofertas falsas de empleo o “en Instagram, o en Facebook” falsos anuncios de inversiones de criptomonedas. Si no conocemos al remitente y nos parece sospechoso, el consejo es “nunca contestar directamente, bloquear”, según García Castaño.

Desde el Colegio de Informática recomiendan pautas básicas como no abrir archivos adjuntos de correos sospechosos, tener constraseñas seguras, complejas y únicas, pero también vigilar mucho la privacidad de nuestras redes sociales, de donde los delincuentes sacan mucha información valiosa. “Si yo comparto una fotografía a 10 amigos, creo que solo estos amigos para acceder, no tengo la seguridad de que ellos no la vuelvan a publicar y si cada amigo tiene otros 10 a su vez, ya estamos hablando de 100 personas”. Recuerda que el alcance de lo que compartimos en redes “se multiplica exponencialmente”