OBISPO MONDOÑEDO-FERROL

Fernando García Cadiñanos: " mi objetivo es que la gente recupere la ilusión y se una a la fe cristiana"

El Obispo de Mondoñedo-Ferrol mantuvo un encuentro informativo con los medios de la Diócesis y publicó su mensaje navideño

Periodistas y responsables de medios informativos se reunieron en Ferrol con el Obispo. FOTO: Diócesis

Redacción COPE Ferrol

Ferrol - Publicado el - Actualizado

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El Obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos ofreció este miércoles en la sede de su residencia en la ciudad departamental, en la Domus Eclessiae de Ferrol, un desayuno informativo con medios de comunicación de toda la Diócesis. Agradeció el trabajo de los periodistas de la zona por cubrir los temas de la Iglesia y se interesó por la percepción de los medios sobre los asuntos eclesiásticos. En un encuentro distendido se abordaron varios temas entre ellos la cercanía que monseñor tiene hacia todos los sectores de la sociedad, su participación en temas laborales y sociales, su preocupación hacia los más desfavorecidos o las relaciones que tiene a nivel político e institucional. Aquí aseguró que se siente bien acogido por todos los partidos pero reclamó una mayor colaboración con instituciones municipales, autonómicas y provinciales.

Se refería sobre todo al tema de las colaboraciones económicas para poder sostener el rico pero al mismo tiempo disperso patrimonio de nuestra Diócesis que cuenta con más de 1.000 templos y capillas. Aquí, incidió en que estas infraestructuras son cargas desde el punto de vista económico pero recordó que la Iglesia es la única institución que puede garantizar su continuidad.

Preguntado por cómo se sentía en nuestra tierra, lleva ya un año y tres meses entre nosotros, aseguró que se sigue sorprendiendo por la belleza del entorno y agradece el cariño del pueblo. Procedente de la Diócesis de Burgos también destacó la más baja participación en temas de Iglesia o el pesimismo de los gallegos.

Finalmente, aseguró que de momento no mira a otras diócesis y que cree que lo adecuado sería un obispado de entre 10 y 15 años para poder reactivar la Diócesis y dar estabilidad a la misma. Considera que tenemos muchas potencialidades y trasladó que su principal objetivo en su cargo es que la gente se ilusione, se una a la fe cristiana y se encuentre con Jesús.

El desayuno informativo tuvo lugar en la sede de la Domus Eclesiae de Ferrol. FOTO: Diócesis Mondoñedo

El desayuno informativo tuvo lugar en la sede de la Domus Eclesiae de Ferrol. FOTO: Diócesis Mondoñedo

MENSAJE NAVIDEÑO

El mismo miércoles a las 12.00 horas desde la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol publicaron el mensaje navideño del Obispo que versa así:

“¡Hoy, os ha nacido un Salvador!”: este anuncio de los ángeles a los pastores, desde hace más de dos mil años, se sigue escuchando y proclamando cada Navidad. También en este año de 2022 sigue siendo la buena noticia que provoca el deseo casi cortés, y en otras ocasiones sentido, que sale de nuestros labios: ¡Feliz Navidad! Sí, en este hoy de nuestra historia nos ha nacido un Salvador. No hace falta demostrar que vivimos tiempos especialmente complejos y complicados. Hay muchas situaciones que nos preocupan y que provocan dolor y sufrimiento en hermanos cercanos y lejanos. La guerra está muy cerca de nosotros. Las penurias económicas se hacen sentir más de lo que nos gustaría, con la crisis energética y ambiental. La crispación política y el enfrentamiento institucional son preocupantes. A ello se unen las situaciones que cada uno tiene que soportar: la enfermedad, las dificultades familiares, la falta de perspectivas, la emigración, la soledad… Es precisamente en este hoy de nuestra historia personal y colectiva donde resuena con luz propia esta buena noticia: “¡Hoy, os ha nacido un Salvador!!” Porque el niño que está presente en nuestros nacimientos es el Salvador del mundo, de este mundo. Sólo él tiene palabras que nos llenan de vida; sólo él nos indica caminos que llenan de esperanza; sólo él es capaz de calmar la sed de amor que el corazón humano posee; sólo él rompe las cadenas que impiden nuestra libertad; sólo él nos permite abrirnos a la fraternidad que nos llena de gozo; sólo él es capaz de guiar a la humanidad por sendas de paz y de justicia… Por eso, la invitación que siempre, pero especialmente en estos días, nos hace la Iglesia son las mismas palabras que se dijeron los pastores: “Vayamos también nosotros a adorarlo”. Es decir, salgamos de nuestras teorías, de nuestras opiniones, de nuestra ideología, de nuestros prejuicios y acerquémonos personalmente a este niño. Hagamos nuestra esta experiencia que otros nos han dicho. La experiencia que nos habla de nacimiento, de novedad, de renovación, de vida nueva, de vida por estrenar… Y es que el recorrido que los pastores hicieron en la noche de la Navidad hasta acercarse a la luz de Belén es símbolo del camino que supone todo proceso de fe: un recorrido que a veces ha de hacerse a tientas; que supone siempre un salir de uno mismo; que conlleva un riesgo que hay que correr si queremos encontrarnos con la paz y la vida nueva que supone el encuentro con el Niño. Porque se trata de un encuentro con una persona y con un mensaje que nos renueva, que nos salva, que nos da firmeza y seguridad, que nos da fuerza y valor, que nos ayuda a salir y mirar la vida con otro horizonte. Esta es la noticia que hoy sigue asombrando a la humanidad, aunque no quiere escucharla, aunque no termine de creérsela: Jesús es el Salvador que tanto necesitamos. Él es el amor que lo ilumina todo, como nos recuerda Cáritas en su campaña navideña de este año. Por eso, y solo por eso, podemos decir bien alto y fuerte: ¡Feliz Navidad! Un abrazo fraterno de hermano y amigo.