OFRENDA AL APÓSTOL
El alcalde de Santiago pide acierto para 2021
Sánchez Bugallo vuelve a actuar de oferente en la ceremonia religiosa que este año tuvo lugar en San Martín Pinario debido a las obras en la Catedral
Madrid - Publicado el - Actualizado
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De nuevo Santiago cumplió con la tradición en este día del Apóstol Santiago.
25 de julio, 10 de la mañana, Plaza del Obradoiro. Parada militar y comitiva de autoridades que se dirigen esta vez no al interior de la Catedral de Santiago, que está en obras, sino a la iglesia de San Martín Pinario.
Una tradición, esta de la ceremonia religiosa, que se viene celebrando desde hace más de 400 años y a la que no ha querido faltar el alcalde compostelano, Sánchez Bugallo, que volvía a repetir como delegado regio. El regidor pedía acierto de cara a la cita del Xacobeo 2021. Aseguraba que, para que sea un éxito se necesita de todas las administraciones y a los compostelanos se dirigía para que afronten con paciencia la llegada de turistas y peregrinos que se esperan en próximos ejercicios: "Santiago siempre ha sido, a lo largo de los siglos, una ciudad que acoge al peregrino y al visitante como un vecino más. Sigámoslo siendo".
Bugallo también condenaba la violencia machista y pedía por los jóvenes, por su formación y empleo, pero también por nuestros mayores.
También agradecíaa la iglesia compostelana que recibe a las autoridades cada año. Dejaba un mensaje: Santiago sin su iglesia no sería.
HOMILÍA DEL ARZOBISPO
El arzobispo de Compostela, monseñor Julián Barrio, presidió hoy, Solemnidad del Apóstol Santiago, la Misa Estacional en honor al patrón de Galicia y de España. En su homilía, el arzobispo señaló que en la fe en Dios el hombre encuentra respuestas a sus más profundos interrogantes. “El cristianismo”, dijo, “es una propuesta que cambia la vida humana con una orientación absolutamente nueva”.
Monseñor Barrio recordó el espíritu de servicio que Cristo demandó a sus apóstoles, indicando que “el verdadero liderazgo” del discípulo, como en el caso de Santiago, “está en servir en medio de pruebas y sufrimientos”. El arzobispo añadió que “a veces entendemos la autoridad como promoción y honor, ambición y prestigio, dominio y arbitrariedad, utilizando a los demás como peldaños para escalar la cima y desechando valores religiosos y morales para que nada se oponga a nuestras pretensiones”. E indicó que la Iglesia está “llamada a ser servidora de la humanidad” y que “las relaciones de la Iglesia con la sociedad son de diálogo y ayuda mutua “por encima de los errores, conflictos y malentendidos que se puedan dar a causa de las limitaciones de nuestra condición humana”. La Iglesia no busca ocupar espacios sino iluminar con la luz del Evangelio las realidades en que nos encontramos”. El arzobispo rezó también “polos nosos gobernantes para que saiban encontrar, en diálogo sereno e respectuoso coa verdade, solucións aos problemas políticos, sociais e culturais” y recordó a las víctimas del Alvia.
CAMBIO DE ESCENARIO
La liturgia eucarística de la Solemnidad del Apóstol Santiago se desarrolló este año, por las obras de restauración en la Catedral compostelana, en la Iglesia de San Martín Pinario. Con la presencia de todos los obispos de las Diócesis de Galicia, el arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio, presidió la Misa Estacional en la que actuó como Delegado Regio el actual alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo. También estuvieron presentes el arzobispo emérito de Tánger, monseñor Santiago Agrelo, el responsable de la congregación vaticana para la Vida Consagrada, monseñor José Rodríguez Carballo, ambos franciscanos, así como monseñor Juan Piris Frígola.
En su homilía, monseñor Barrio manifestó que “la solemnidad del apóstol Santiago nos motiva a reavivar nuestra identidad cristiana, reconociendo la dignidad sagrada de la persona humana cuya vida hay que respetar y defender en cualquiera de las circunstancias”. Abogó por buscar en Dios las respuestas a los interrogantes que se plantea el hombre, en un escenario de “déficit de humanidad” y pidió mirar por “la humanidad sufriente en los refugiados, en los excluidos, en los migrantes forzosos, en los pobres, en las víctimas inocentes de tanta violencia sin sentido, que nos conmueven”.
“El otro”, explicó, “es siempre una llamada, y a veces lo convertimos en un peligro. La incertidumbre nos desasosiega y nos lleva a medir y valorar todo según su utilidad y rentabilidad descartando a personas que ya no pueden seguir esperando”.
Monseñor Barrio aseguró que “la respuesta en medio de la confrontación como dice el Papa es la cultura del encuentro que se da al “buscar puntos de coincidencia en medio de muchas disidencias, en ese empeño artesanal y a veces costoso de tender puentes y construir la paz”.