Dos casos de coronavirus ponen en cuarentena a la comunidad religiosa de la Cocina Económica en Santiago

El comedor social de Santiago sigue prestando servicio gracias a la contratación de un catering desde el sábado

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Ni la Cocina Económica de Santiago se ha quedado al margen de la crisis sanitaria... pero ni el coronavirus ha hecho bajar la persiana a la institución benéfica. La directora, sor Alicia, fue la primera en sentirse mal y después, otra hermana de edad avanzada que dio también positivo al COVID 19 y ha sido hospitalizada por precaución. En total, 17 personas, entre trabajadores y religiosas han tenido que dejar de prestar el servicio y recluirse, a pesar de que solo las dos monjas afectadas presentan síntomas. Javier Brage, administrador de la institución, contaba en Cope Santiago que las instalaciones han sido ya desinfectadas. Desde ayer, han contratado un servicio de cátering para que elabore la comida, y a una persona que entrega en la puerta las bolsas con la comida. 

Porque el servicio no se ha detenido en ningún momento: estos días, entorno a unas 170 personas dependen del comedor social para hacer tres comidas al día. El horario de entrega se ha reducido un poco respecto al habitual: los desayunos se entregan entre las 9.30 y las 10 de la mañana y entre las 12.30h y las 13.30h se reparten las bolsas con la comida y la cena: un plato caliente, bocadillos y postre. "Si alguien llega un poco tarde, se le reparte igual", asegura Javier Brage, satisfecho también por lo bien que está respondiendo la gente:"respetan las normas, mantienen la distancia de seguridad, acceden de uno en uno..." Los usuarios "estaban preocupados por si teníamos que cerrar", cuenta Brage, pero ahora "ya están más tranquilos y nos preguntan cómo van las Hermanas". 

Según los datos proporcionados por la Consellería de Sanidade este domingo, en el área de Santiago hay 130 personas que han dado positivo en coronavirus: esta mañana se producía un fallecemiento en el Clínico de Santiago, una mujer de 84 años que tenía patologías previas que se complicaron a causa del COVID 19.