CORONAVIRUS

¿Necesita la población general mascarillas?

El doctor Javier Bandín, médico de familia y neurocirujano, mantiene que el uso de protección para nariz y boca es fundamental en la reducción de contagios

Imagen de mascarilla y guantes

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Está claro que el coronavirus ha venido a cambiar nuestra vida y parece que también va a modificar nuestros hábitos.

En las últimas semanas, casi con la llegada de este virus, ha surgido el debate sobre si es necesario o no el uso de mascarillas para la población general. Nos puede dar una sensación de falsa protección, pero es que el uso de este elemento es más bien para la protección de los demás, ya que hay gente que está contagiada y que no lo sabe debido a que no presenta síntomas. En este sentido el Doctor Javier Bandín, médico de familia y neurocirujano, ha querido utilizar una máxima repetida en otros países de Europa: "Tu mascarilla me protege a mí, mi mascarilla te protege a ti".

¿Pero es aconsejable el uso de mascarillas para la población en general? El doctor Bandín cree que es fundamental. No obstante, hace una distinción entre las mascarillas quirúrgicas, destinadas al personal sanitario o a las fuerzas de seguridad, que están más expuestos al virus por su trabajo, y el resto. Para el ciudadano de a pie, el doctor cree que pueden emplearse incluso las de tipo casero, con tejidos que, aunque no protejan al 100%, sí minimizan los riesgos. "Tenemos mascarillas en nuestras casas", explica el doctor, que asegura que se pueden confeccionar con tejidos como camisetas o, incluso, echar mano de bufandas y pañuelos.

¿Debería ser obligatorio? El término obligación puede frenar, pero sí es fundamental el compromiso de la ciudadanía con la salud pública y nuestra propia responsabilidad individual.

El uso de estos elementos de protección parece haber demostrado su eficacia en el control de la propagación del COVID-19. Asegura el Dr. Bandín que no hay más que observar las cifras y estadísticas en países asiáticos donde su uso está muy extendido: China o Corea del Sur, incluso en una región italiana, Véneto, donde el comportamiento del virus ha sido distinto que en el resto del norte de ese país, precisamente por el uso de protecciones faciales entre la población.