La Plaza de Abastos de Santiago ultima medidas con las pescaderías para evitar aglomeraciones en los puestos

El mercado compostelano ha triplicado el personal de reparto para las entregas a domicilio, que con todo no compensan la pérdida de venta directa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Fue la Nave 4, la del pescado, la que registró cierta masificación el sábado: la gerente de la Plaza, Marta Rey, asegura que llevaba varios días advirtiendo a las autoridades municipales de que era preciso tomar medidas pensando en el fin de semana, a la vista de la relajación entre los usuarios en las medidas de seguridad: "yo creo que estamos perdiendo un poco el miedo", nos contaba en Cope Santiago."El sábado la gente se saludaba y charlaba como si fuera un día normal... la gente sale a la calle y tiene ganas de hablar", dice Marta, pero "hay que insistir en que es necesario respetar las medidas de seguridad".

Espera que de cara al próximo fin de semana estén ya acordadas medidas concretas con el concello y también los placeros, para que la imagen no se vuelva a repetir: "vamos a intentar dar una solución... y las pescaderías también tendrán que tomar alguna medida, por ejemplo, que no esté la gente esperando mientras les limpian el pescado". Pero subraya que las personas que se acercan a comprar también tendrán que colaborar: "si sabes que no puedes entrar y tienes que esperar fuera de la nave, pues tendrás que hacerlo".

EL AUMENTO DE LA VENTA A DOMICILIO NO COMPENSA LA BAJADA DE ACTIVIDAD

No debería ser un problema ordenar el flujo de gente en el mercado, teniendo en cuenta además la bajada que han registrado según nos cuenta la gerente: han perdido" un volumen de ventas importantísimo por el cierre de hostelería y restauración", que no se ha visto compensado por el reparto a domicilio. La plaza ha triplicado el personal para distribución en casa: los pedidos llegan en el mismo día en el casco urbano y como máximo en tres en los alrededores. Marta Rey nos contó que hay gente que vive incluso fuera de Galicia y les encarga la compra para sus familiares mayores: "pagan desde Madrid porque lo han intentado en cuarenta sitios, y les dan plazo de entrega para un mes. Haces el esfuerzo porque piensas... si fueran mis padres... es una cuestión de humanidad. Y llevamos así todo el mes!" asegura.

La gerente de la Plaza confía en que esta crisis refuerce la confianza de los consumidores en el comercio de proximidad