La restauración compostelana servirá cenas desde este viernes
La hostelería acoge con satisfacción las medidas anunciadas por la Xunta, pero también a la expectativa de cómo funcionará el nuevo escenario, con la posibilidad de servir cenas
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Desde la noche de este viernes, 16 de abril, los compostelanos (como el resto de gallegos donde la hostelería puede abrir) podremos ir de cena a un resturante. Se amplía el horario en el que podemos estar fuera de casa, el toque de queda pasa de 22 h a las 23 h, así es que ganamos una hora más y la hostelería lo notará.
Los bares y cafeterías tendrán que seguir bajando la persiana como hasta ahora, a partir de las 21 horas, pero los restaurantes podrán ampliar las horas de servicio en el local.
¿QUÉ RESTAURANTES PUEDEN ABRIR HASTA LAS 23 H?
La restauración debe cumplir tres requisitos fundamentales para poder prolongar su horario hasta el nuevo toque de queda que arranca a las 23 h.
Tener licencia de restaurante
Contar con un servicio de cita previa o reserva y registro de clientela
Disponer de medidores de CO2 instalados. Si bien para esto último, la Xunta da un período de gracia: no tendrán que estar disponibles ya con la entrada en vigor de las nuevas medidas, sino que tendrán de plazo hasta el día 23 de abril para su instalación.
¿CÓMO ACOGEN LOS RESTAURANTES LA AMPLIACIÓN DE HORARIO?
Hay locales que reciben esta posibilidad con los brazos abiertos. Es el caso del Grupo Ruta Xacobea, que ve que, aunque son pasos pequeños, se trata de avances en la buena dirección. Borja Villasenín, responsable del grupo, espera que la gente se vaya animando.
El Paz Nogueira es un clásico en Compostela, abierto desde 1.840 en el Castiñireiriño. Su responsable ve la situación con más cautela. Eduardo Paz nos dice que tiene ambas licencias, la de bar y restaurante, así es que no sabe cómo gestionar a la clientela: está pensando en apostar por las comidas y cenas los fines de semana y el resto de días funcionar más como cafetería sirviendo en terraza.
Eduardo insiste en que las cosas están muy difíciles, de momento opera con 6 empleados de 13 y 1 cocinero y no sabe si recuperar a más gente del ERTE. Se queja de que los políticos no están en la realidad práctica de todos los días.
En el caso de Las Bodeguillas, en Santa Marta y San Lázaro, la instalación de los medidores de calidad del aire no será un problema. Javier Míguez entiende la medida y cree que no generará inconvenientes. En su caso son casi 40 empleados entre todos los restaurantes y la posibilidad de servir cenas hará que tenga que recuperar a 5 empleados más para que regresen al trabajo.
Le preguntamos si se plantea reabrir otro local, en el casco histórico compostelano, la Bodeguilla de San Roque. Javier nos dice que "puede ser", pero de momento no es una posibilidad factible, ya que Galicia sigue cerrada al turismo y ese establecimiento está más dirigido al visitante, además de que los aforos actuales hacen imposible su viabilidad.
En el Mercado Gastronómico La Galiciana, en el Ensanche de Santiago, acogen las novedades con satisfacción. El gerente, Benigno Sánchez, contaba en COPE Galicia que ya disponen de sistemas de ventilación que van renovando el aire constantemente y están ya instalando los medidores de CO2 para cumplir con la normativa y poder abrir hasta más tarde. En el caso de este local, nos cuenta que están atendiendo a unas 250 personas en las comidas, en varias tandas y teniendo en cuenta la amplitud del establecimiento: es una antigua nave industrial.
¿QUÉ SON LOS MEDIDORES DE CO2?
Son aparatos pequeños, como un despertador. Los hosteleros y distribuidores se han puesto en marcha para adquirirlos y cumplir, así, con la normativa.
En cuanto a su precio, se pueden encontrar por 80 euros, aunque algún hostelero señala que ha tenido que desembolsar unos 200. En principio parece que no ha habido problemas de stock y aquel local que lo ha pedido, ya lo tiene o encargado o en instalación.
Desde la empresa de suministros hosteleros Equip Hotel, en San Marcos, Santiago, José Vilas nos cuenta en detalle cómo funcionan estos aparatos: "Es como un reloj, con una pantalla que te va marcando la cantidad de CO2 que hay donde lo coloques. Van a pilas y tienen que estar homologados por la CE". Alerta del peligro de comprarlo fuera de establecimientos reglados.
La norma gallega estipula que, si se sobrepasan las 800 p.p.m (partículas) el restaurante tiene que ventilar o tomar medidas para bajar de esa cifra y que el aire exté menos cargado.