Unas 250 personas más cada año quedan bajo la tutela de la Xunta
La FUNGA vela por más de 3.900 personas, la mayoría de edad avanzada, pero se incrementa también la cifra de víctimas de adicciones que necesitan tutela
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La crisis del coronavirus nos acercaba en las últimas horas la historia del "milagro de Carmen", una anciana centenaria que superó la infección después de casi un mes de hospitalización. Supimos que esta mujer que ha roto todos los malos augurios con su curación no tiene familia y vive en una residencia tutelada por la FUNGA, una fundación pública que nació en 1996 con 37 personas a su cargo. En estos momentos son ya 3.900 las que, como Carmen, están bajo su custodia.
La cifra se viene incrementando a un ritmo de unas 250 al año ya desde hace algún tiempo: influye el envejecimiento de la población gallega, de hecho casi un 90% de las personas tuteladas son mayores, pero según el director de FUNGA, Juan José Couce el perfil es muy variado: "trastornos conductuales, problemas psiquiátricos, y también las adicciones dan lugar a una tutela o curatela".
LA ENTRADA Y LA SALIDA DE FUNGA
En algunos casos, la FUNGA se hace cargo de todas las decisiones del día a día de la persona, en otros únicamente se atiende a un aspecto: seguimiento médico, económico... Depende de la decisión judicial que haya puesto a cada uno al cuidado de esta fundación. "Es cierto que a veces cuesta hacerle entender a la persona cual es la situación a la que se enfrenta, pero sin la protección de la Fundación, no tendrían unas condiciones de vida óptima". Normalmente se trata de dictámenes por tiempo indefinido, pero no siempre: Couce explica que "hay casos en los que se determina judicialmente que la persona ha recuperado su capacidad, o acaba apareciendo un familiar que se puede hacer cargo y puede solicitar ser tutora de la persona" que ha permanecido a cargo de la Fundación para a Tutela de Persoas Adultas.
Estar al amparo de la FUNGA no implica necesariamente vivir en una institución: la preferencia, nos cuenta Juan José Couce, es siempre QUE sea posible, la permanencia en el entorno, aunque conforme va avanzando la edad el ingreso en residencias es más frecuente. La distribución de las personas tuteladas en la comunidad tiene una peculiaridad: en las provincias del interior, la mayoría son gente de edad avanzada, mientras en A Coruña y Pontevedra, cada vez son más los casos de tutelados o curatelados a causa de adicciones.