Vuelven las misas a las Iglesias de Santiago, con horarios reservados para las personas mayores

Las Cáritas parroquiales han multiplicado la atención a familias con necesidades básicas y temen por las que quedarán sin vivenda en breve

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Menos de la mitad de las iglesias de la Diócesis de Santiago están abiertas en esta Fase 1 de la desescalada: no se trata de “abrir a toda costa, sino de hacerlo con prudencia”, explica en Cope Santiago el párroco de Milladoiro, José Guldrís. Hay que hacerlo además "cuidando sobre todo de las personas mayores". Por eso en esta iglesia, la única que abrirá por el momento de las 14 que hay en la unidad parroquial, van a reservar para ellos las primeras misas del domingo, el único día de la semana que retomarán las celebraciones por el momento. En algunos templos pequeños, respertar el aforo de un tercio significaría limitar la entrada a "diez personas o menos"... y esto, en lugares con pasillos estrechos en los que será complicado que se manejen personas con movilidad reducida y respetando las distancias. "Mejor esperar a que todo esté más seguro", nos dice también el Miguel Varela, párroco de Figueiras.

"Los fieles están deseosos de retomar las misas" y prueba de ello es que a la misa de las ocho de la mañana en Sar, el lunes participaron más de 20 personas. La Colegiata podrá acoger hasta cien personas en esta fase del confinamiento, una cifra que, según el párroco, José Porto, se alcanzará posiblemente el domingo. Han "desinfectado la iglesia, hay solución hidroalcohólica para lavarse las manos al entrar... La gente se está portando de maravilla", asegura el veterano pater.

Lo que no se va a retomar hasta septiembre serán las catequesis presenciales. Se mantiene en casa, con el apoyo online de las parroquias: estos días los párrocos están contactando con las familias para acordar qué prefieren hacer con las Primeras Comuniones, siguiendo las instrucciones del Arzobispado, antes del verano tendrán que ser celebraciones más familiares de lo habitual.

SE MULTIPLICA LA ATENCIÓN A LAS FAMILIAS NECESITADAS

Lo que tampoco se ha detenido en la Iglesia, sino que se ha multiplicado con la pandemia, es la atención social. En O Milladoiro la cifra de familias atendidas ha pasado de 16 al principio de esta crisis a 360 en estos momentos: esto son unas 1.000 personas en números redondos, según el padre José Guldrís, que ha reconvertido parte de las dependencias parroquiales en un almacén de alimentos para atender "necesidades básicas: el coronavirus ha abierto un foso para mucha gente", asegura.

Y empiezan a pensar además en otro problema que comienza solo a asomar: el de la vivienda. Al párroco de Milladoiro le preocupa tener que buscar cobijo en breve para familias con niños o con mayores a cargo, porque se acumulan meses sin pagar el alquiler. Hay arrendatarios que han perdonado el cobro… pero que tampoco pueden prescindir de ese dinero mucho más tiempo.