Aceras con boquetes y calzada rota: así está un barrio de Santiago dos años después de la reforma
Los vecinos del Campo de Conxo denuncian que la circulación es insegura en zonas donde los vehículos invaden las aceras. ¿Funciona la "humanización" del barrio?
Santiago - Publicado el - Actualizado
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La reforma integral del Campo de Conxo fue la guinda a la humanización de la entrada del Camino Portugués en Santiago, una obra que acometió la Xunta con motivo del Año Santo 2021. Poco más de dos años han pasado desde que se estrenó el nuevo diseño y la lista de desperfectos no deja de crecer.
Tanto en la zona peatonal como en la calzada hay piedras sueltas o rotas: alguna ha sido retirada, dejando abierto un boquete en el que cabe el pie de una persona adulta. Julia, una vecina, cuenta a Cope Santiago que hasta hace unos días el punto estaba señalizado por un cono de obra, pero la advertencia ha desaparecido. El agujero sigue, con riesgo para algún viandante despistado. Manuel, otro residente en la zona, achaca el rápido deterioro del firme de hormigón al paso frecuente de autobuses y también camiones que bajan hacia la planta de Televés. Los vecinos reconocen que con frecuencia, coches y furgonetas aprovechan que no hay bolardos en la plaza para dar allí la vuelta, lo que podría explicar la rotura de piedras en la zona de paso en teoría, reservada a los peatones.
¿Y ESTO ES ACERA O CALZADA?
Otra de las quejas recurrentes en el vecindario es que la calzada y la acera estén prácticamente al mismo nivel en toda la zona reformada. En algunos tramos, como en la bajada por la rúa Benéfica, recorrido peatonal y de vehículos se diferencian por un resalte de pocos centímetros. En la curva, donde apenas hay visibilidad, hay puntos amarillos que posiblemente tratan de subrayar la separación, pero los vehículos invaden con frecuencia la zona de los peatones: "casi me lleva por delante un camión un día", cuenta una trabajadora de una de las empresas de la calle.
Y si los conductores no se dan cuenta en ocasiones de que montan por encima de la acera, también hay peatones que tropiezan con las "aristas, porque non hai acera, hai aristas", refiere otra vecina, "que vai unha descuidada e pumba! Que siquiera houbera acera acera, pero non". Otra asegura que su marido sufrió un esguince en uno de esos tropiezos: "porque fue poca cosa, si no, presentaba una denuncia", afirma.
CIRCULACIÓN LIMITADA...DEPENDE
El tránsito por la rúa Benéfica guarda todavía otra sorpresa: desde que se hizo la reforma, una señal de tráfico limita la circulación de subida a transporte público y vehículos autorizados. Los residentes rechazan este cambio que les obliga a bajar prácticamente hasta el Puente de la Rocha para rodear el barrio...o transitar por viales estrechos en los que dos vehículos en direcciones opuestas pasan con mucha dificultad. Así que admiten que la picaresca está al orden de día: "está prohibido desde Televés, y te pueden meter una multa. A mi no me multaron nunca pero porque tenemos muchas precauciones, cuando vemos que está la policía delante de la rotonda ya no subimos, bajamos corriendo.. pero si no.. pues... te expones" reconoce una vecina. Otro asegura que tras las protestas del barrio "de momento lo dejaron así...pero si viene un concejal de estos que se les cruza un cable..." Con el "así", admite también que se salta la señal de limitación cuando no hay vigilancia.
Otra de las quejas que se arrastran desde que se hizo la reforma es el cambio de la marquesina del autobús en el Campo de Conxo. Una de las vecinas descontentas habla con Cope Santiago al amparo de una cubierta que no guarda ni del sol ni de la lluvia, porque es muy estrecha y además, la cubierta es de cristal transparente. Julia no se puede sentar en el banco que está completamente mojado por la lluvia, pero aunque estuviese seco, tampoco se podría sentar porque los arbustos que hay delante de la parada no le permitirían ver el autobús. "Xa ten pasado o autobús, estar a xente aquí sentada... e non velo", asegura. Así que Julia espera, atenta no sea que hoy la que quede en tierra sea ella.
¿Y ESTO QUIÉN LO ARREGLA?
La pregunta del millón es a quién le toca asumir la conservación o en su caso...las modificaciones que sea preciso hacer de elementos que no están funcionando como debieran.
Desde el concello de Santiago aseguran a Cope que se trata de una obra de la Xunta que está sin recibir. Sin embargo, desde el gobierno autonómico trasladan el documento de recepción de los trabajos con fecha de diciembre de 2021. Aseguran desde el departamento autonómico de Infraestructuras que desde entonces, la conservación corresponde al ayuntamiento compostelano. Añaden además que desde entonces, el gobierno local viene actuando como titular, "autorizando la ocupación para eventos o incluso realizando pequeñas actuaciones de adaptación que consideraron necesarias".
En el caso de cuestiones derivadas de algún problema de ejecución, aseguran que "se le traslada a la empresa que en su momento se encargó de la obra para que responda con su subsanación". En este caso, afirman desde la Xunta que no les han trasladado nada.