Pateando Santiago
Angrois: "Vivimos en el paraíso, esto no es un cementerio"
Atravesada por la vía del tren y la autopista y sin beneficiarse de ellas... y sin autobús urbano: así es esta parroquia que sus vecinos, con todo, adoran
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Salimos a "Patear" este lunes por Angrois, una mañana a pleno sol...lo que hace pensar que es normal encontrar muchas puertas de las viviendas unifamiliares abiertas de par en par. Pero nos dicen que en esta zona rural de Santiago esta buena costumbre todavía se mantiene: puertas abiertas, bolsa de pan colgada en el pomo y vecinas y vecinos con ganas de ponernos por las nubes su barrio. "Esto es el paraíso", asegura el presidente de la asociación de Vecinos, Martín Rozas y no es el único. La calidad del vida va por delante en la lista de ventajas, eso a pesar de que "Angrois haya sido expropiado por todos, Autopista, Renfe, Cidade da Cultura... y no veamos los beneficios" nos aseguran otros. Años llevan demandando manparas anti-ruido que atenúen el constante ir y venir de vehículos por la AP-9 y por años se cuenta ya también la espera por el autobús urbano. "Jorge Duarte (el Concejal de movilidad) nos prometió que llegaría dos veces al día a Angrois... va a terminar la legislatura y aquí no hay nada", recuerda otro residente en el barrio.
La mejora en los accesos es uno de los principales cambios que recuerdan los abuelos del lugar: "antes había que traer a los enfermos en una escalera (a modo de camilla) hasta el Campo da Festa, el único sitio a donde podía acceder la ambulancia", nos cuentan. Ahora, la mayoría de las pistas están ya asfaltadas...aunque las aceras estén todavía sin terminar. Y puestos a hacer la lista de asignaturas pendientes, el nuevo Campo da Festa, que no es lo suficientemente grande para acoger los camiones de las orquestas: a ver si con la reforma que está proyectada, el "pequeño" detalle se enmienda. La verbena de este año, por lo pronto, se celebrará en el viejo.
Ese nuevo espacio de ocio fue una de las pocas mejoras que recibió Angrois tras el accidente del Alvia en 2013, en el que perdieron la vida 80 personas y más de un centenar sufrieron graves heridas. La mayoría de los residentes con los que charlamos nos agradecieron que nos interesásemos por los problemas de su barrio más allá del siniestro: luego nos contaron sus recuerdos de aquel día. Otros también nos confesaron que no quieren que se vea a Angrois "como un cementerio"