La fábrica de Galicia que envía desde blindados a camiones de basura y ambulancias a todo el mundo
Urovesa empezó fabricando unos treinta camiones al año a principios de los ochenta. Hoy exporta a todo el mundo vehículos militares y aspira a ampliar la gama de producción civil
Justo Sierra es el consejero delegado de Urovesa
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Por las calles y carreteras de Valga (Pontevedra) ya nadie se extraña de ver circulando vehículos blindados de más de diez toneladas de peso. Lo dice el consejero delegado de Urovesa, una empresa que empezó en Santiago hace 40 años, con camiones preparados para desplazarse con mucha carga y por orografías complicadas y que hoy pone unos 450 vehículos en más de 30 paises prácticamente de todo el mundo: "Asia Pacífico, Medio Oriente, África, sobre todo en la zona norte, algo en Europa... nos gusta mencionar la reposición de vehículos para el ministerio de Defensa de Portugal en 2018". Y repite Justo Sierra: "siempre en nichos de mercado"
La producción militar es su especialidad desde hace décadas: "el 75% de las ventas se van al ámbito militar", explica, y de los distintos modelos, la punta de lanza es el VAMTAC: los vehículos de alta movilidad táctica suponen el 70% de las ventas actuales, y se nota recorriendo la nave de Valga, donde son amplia mayoría, en distintos colores y adaptados a las especificidades de cada destino. Junto a ellos, vehículos preparados para pasar incluso horas sumergidos, o prototipos en prueba de camiones con un sistema guía que les permitirá circular con o sin conductor.
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LOS RETOS: CONSOLIDAR LA EXPORTACIÓN Y EL MERCADO CIVIL
Pero junto a los vehículos militares ganan espacio otros dedicados al servicio civil, una línea que Urovesa fija como uno de los retos de futuro. Como embajadores tienen ya vehículos para reparaciones ferroviarias en Méjico, Argelia Filipinas o la India, o camiones para limpieza de calles y recogida de basuras en Barcelona o Madrid o de extinción de incendios en muchos puntos de España.
En 2023, la producción se repartió prácticamente al 50% entre el mercado nacional y el exterior, pero el porcentaje fluctúa mucho, desde un tercio al 80% que han alcanzado en algún ejercicio. Por eso, en el horizonte de la factoría gallega está también consolidar las ventas internacionales.
Entre siete y nueve meses tardan de media en adaptar uno de los modelos básicos de su catálogo a los requerimientos específicos del cliente, algo que según Sierra, juega a su favor frente a otros competidores. En todo caso, asegura que ahora mismo no tienen competencia directa en el resto del Estado. Como en otros muchos sectores, echan de menos mano de obra especializada, así que han puesto en marcha su propia escuela de formación, de la que acaba de salir la primera promoción.
"Primero fueron 14 personas, en la segunda 16 y habrá otra más centrada en ámbitos de tratamientos especiales y pintura... Creo que así alcanzaremos la dimensión que necesitamos ahora mismo. Ojalá que la actividad vaya creciendo en los próximos años y entonces tendremos que seguir trabajando en la escuela de formación". Se muestra además satisfecho porque entre el personal de nueva incorporación empiece a ganar peso la presencia femenina, antes limitada exclusivamente al área logística pero ahora también, en la de mecánica.
Las perspectivas son alentadoras, cuando menos hasta 2029, con las políticas de defensa que apuntan a un progresivo incremento del gasto militar en España con el horizonte de alcanzar el 2% del presupuesto.
La confidencialidad es una de las marcas de la casa, como en casi todas las empresas que se dedican a la fabricación militar, así que Sierra ni confirma ni desmiente si irán para Ucrania unidades desarrolladas en la planta de Valga.
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