Luca, peregrino a Santiago tras ver su "vida reducida a escombros"

La historia de un peregrino italiano que encontró en Compostela el lugar donde reiniciar su vida tras hacer el camino

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Luca inició una nueva vida en Santiago tras hacer el camino

Patricia Iglesias

Santiago - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El final de la peregrinación es casi siempre, el inicio de otro camino: el de una nueva vida. Le ocurrió a Luca, un italiano se vino a vivir a España con 25 años casi por casualidad. Han pasado ya casi otros tantos desde entonces... y no siempre las cosas salieron como él pensaba, pero las flechas amarillas le ayudaron a volver a poner el contador a cero.

Desde que dejó su isla, en Venecia, hizo casi de todo: trabajó en hostelería, también en el mundo de la música, en compañías de teatro, escribió varios libros... Cuando hablamos, pasa de puntillas al referirse al revés que sufrió y que lo puso prácticamente en la calle. Cuenta que llegó a pensar que no tenía sentido “sobrevivir”: "había sobrepasado esa línea en la que el trabajo dignifica... para quitarte la dignidad. Llegué a un punto de mi vida en el que me sentía inútil".

Y mientras casi se estaba dejando llevar, alguien lo puso en camino hacia Santiago: "sí que me veía capacitado para andar, así que decidí dejarlo todo, hacer una mochilita y arrancar".

El camino fue "bellissimo, te digo la verdad, fue fascinante, cada vez sentí que me iba desnudando ante los demás y ante mi. Me sirvió de mucho saber que no era tan raro y me dio fuerza"

Un mes estuvo de peregrinación desde un pueblo del valle del Tiétar, "fui a Muxía y Finisterre...y cuando ya no me quedaba nada, me vine a Santiago"

Me vi prácticamente en la calle y no tiene nada de romántico ni poético pasar frío o pasar hambre

Dice que "había perdido toda esperanza", incluso había hecho el camino sin expectativas, pero aquí le aguardaba la palanca para arrancar de nuevo, en el Albergue Juan XXIII . "Yo no creo en las coincidencias" y explica que "en la última etapa del Camino coincidí con un español... yo le dije que me rendía, pero él me animó a que antes de tirar la toalla, viniese aquí".

Luca está muy agradecido por todo el apoyo que le prestaron desde la institución franciscana: "yo les demostré que quería salir de allí y me apoyaron hasta que encontré primero un trabajo y luego un piso". Reconoce que pasó por momentos duros, pero no se le olvida la humanidad con la que fue acogido: "había una muchacha de una asociación que me escribía todos los días para saber cómo estaba, Luca qué tal vas..." recuerda. "Yo creo que el apoyo es ese, el de la famosa frase no me des peces, enseñame a pescar, esto me gustó mucho, Luca, te guiamos..."

Tres meses hace que está en Santiago, ha conseguido donde vivir y trabaja en una ONG: es una de esas personas que nos encontramos en la calle con una carpeta en la mano dando información. Asegura, por cierto, que la gente compostelana es muy generosa.

Y cuenta que por primera vez piensa en echar raíces y quien sabe... si volver a escribir.

Luca Ghezzo es autor de siete obras literarias

EL ALBERGUE JUÁN XXIII, "KILÓMETRO CERO"

La institución franciscana que fue la entrada de Luca para su nueva vida tiene desde hace semanas todas sus plazas ocupadas. "Es salir una persona y entrar otra inmediatamente", nos explica Susana Cueto, la psicóloga. De las veinticinco personas que temporalmente se alojan allí, diecisiete están en un itinerario de inserción parecido al que nos dibujaba el peregrino italiano, más allá de dar el pez...

Susana cuenta que cuando alguien llega a su puerta, trae su mochila de necesidades y allí intentan llenársela de oportunidades. "Hay quien necesita saber cuál es la normativa que les ampara por ser extranjeros, hay quien es de aquí pero necesita conseguir un tratamiento de metadona, por ejemplo, y tienen que ser derivadas a la UMAD, hay quien está en búsqueda de empleo...Nosotros tratamos de que el tiempo que esté aquí, lo aproveche al máximo".

Insiste en que es "fundamental el engranaje social", porque esta red de apoyo se teje con muchos hilos: "si una persona necesita trabajo, lo derivo a la Cocina Económica, a su centro de día, también a Cruz Roja, donde el equipo de calle le puede asesorar también en búsqueda de empleo, también a Cáritas donde también tienen bolsa de empleo... desde ahí tienen ya un pequeño abanico, les oriento dónde pueden darse de alta en la oficina de empleo y ellos tienen que ponerse las pilas"

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Susana Cueto es psicóloga en el Albergue Xoán XXIII

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La vivienda es otra de las necesidades básicas que precisan cubrir todas las personas que llegan al albergue, pero también con el apoyo de la red social, se consigue, aunque haya que llamar a muchas puertas: "la oferta inmobiliaria en Santiago está como está...pero desde Cruz Roja hacen lo que pueden para dar algún tipo de cobertura, aunque sea temporal, para que las personas puedan empezar a trabajar, desde Cáritas y el concello también, con pisos en los que se les facilita mayor disponibilidad horaria que la del albergue para poder acudir a un puesto de trabajo".

Porque en el albergue pueden estar máximo 10 días consecutivos, un tiempo que cada persona tiene que aprovechar al máximo apoyándose en esta red de organizaciones e instituciones. Muchas veces, diez días no son suficientes, no hay alternativa aquí y entonces hay que buscar otro albergue donde haya plaza, en otra ciudad... como solución temporal. "La famosa rotación", dice Susana

Estima que alrededor de un 10% de las personas que llegan al albergue porque están en la calle consigue completar ese itinerario de reinserción social... pero que todos saben que en la casa franciscana tienen siempre un “kilómetro cero” para reiniciar el camino si lo necesitan. Y se le ilumina la cara cuando pregunto por esas otras llamadas, las de las personas que han conseguido salir adelante después de pasar por aquí: "Eso es... que te llamen y te diga que tienen un trabajo... eso da mucha alegría, porque sabes que has conseguido dar ese paso más para que se sientan que son importantes, que lo son, para nosotros lo son, porque dan un sentido a todo, a esta entidad, a la comunidad franciscana que la sustenta... Hay que dar opción para que un tropiezo tenga un trampolín para poder volver a ponerse en pie"

EN 2023, TRAMPOLÍN PARA CASI 650 PERSONAS

En lo que llevamos de año, el Albergue ha sido el hogar temporal de casi 650 personas: llevan al cierre de noviembre más de 7.400 pernoctaciones. Además, han entregado casi 1.900 paquetes de alimentos. En ocasiones, las beneficiarias son personas que en su día se alojaron aquí y ahora viven ya en otro lugar pero siguen necesitando apoyo. Pero también hay muchas familias que van periódicamente a recoger ayuda. No hay colas a las puertas de Juán XXIII porque, de nuevo la "humanidad" de la que hablaba Luca... se cita en días distintos y a distintas horas, para dignificar también esa entrega.

El albergue Xoán XXIII tiene ya en marcha su campaña de recogida de donativos para Navidad

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