Mélody, guatemalteca en Santiago: "Conseguir formación y hacerme legal ha sido darme dignidad"

Participó en el programa de arraigo por formación con Cáritas Diocesana de Santiago y ha logrado trabajo en un restaurante. El local ha incluido en su carta la "sartenada a la Melody"

Patricia Iglesias

Santiago - Publicado el

5 min lectura

      
      
             
      

Mélody tiene 25 años y hace dos que se vino desde Guatemala a Santiago buscando un futuro mejor. Estudió Pedagogía en la Universidad de su país... pero las posibilidades de salir adelante allí eran muy reducidas, así que siguió la senda de su madre, que ya había emigrado antes, y cruzó también ella el charco con un visado de turista. Para regularizar su situación, encontró una oportunidad de oro en el programa de arraigo por formación que puso en marcha el año pasado Cáritas con el apoyo de la Consellería de Empleo

Un año lleva trabajando como auxiliar de cocina, algo que jamás se le había pasado por la cabeza: "no sabía ni encender una cocina, ni freir un huevo ni nada más elaborado...Trabajar en cocina me ha dado una satisfacción muy grande, es muy bonito saber que con un plato de comida puedo hacer feliz a una persona".

Lo consiguió después de un mes de formación intensiva en ámbitos totalmente nuevos para ella, desde la limpieza y  conservación de los alimentos, el uso de herramientas o riesgos laborales. Las clases teóricas las recibía en una de las aulas de la sede de Cáritas Diocesana en Santiago, pero simultáneamente realizaba prácticas en un restaurante. 

Completada la formación, llegó el permiso de residencia asociado al contrato de trabajo que, y esta es una condición imprescindible,  tiene que estar relacionado con el sector para el que se preparó: "lo mejor que me ha pasado", asegura. "Porque he aprendido a ganarme el día a día por mi cuenta. Creo que lo mejor que podemos darle a los migrantes no es la comida, esto o lo otro... Es darle la oportunidad de que uno mismo se gane un salario, tener una vida digna por uno mismo". 

sartenada "a la mélody"

En su caso, el círculo virtuoso se completó porque resulta que el trabajo de cocina no se le da nada mal: con un año junto a los fogones, Mélody ya ha conseguido ser finalista en un concurso local  de tortillas, el que se celebró en Milladoiro con motivo de las fiestas de la Magdalena... y en el Restaurante Barrigola, donde le han hecho contrato indefinido, han metido en carta algún plato "especialidad de Melody". "La sartenada al estilo Mélody tiene huevos con varios pimientos, un guiso y picante... Ayer estaban en el menú del día y fueron todo un éxito!", cuenta con una sonrisa que no le cabe en la cara.

Mélody ha resultado ser el fichaje del año

Carlos Noya

Gerente del Restaurante Barrigola

Pero no se le ha subido a la cabeza y no tiene más que palabras de agradecimiento para la persona que le ha dado la oportunidad de trabajar: "es muy buen jefe, como mi amigo, se llama Carlos Noya y le estoy muy agradecida".  En la cabeza de Melody solo está seguir mejorando en su trabajo, feliz además porque ahora ya están juntas aquí en Santiago ella, su madre y su hermana pequeña, que este curso terminará la enseñanza primaria. Por si acaso, aclara: "tranquilo jefe, no tengo idea de irme a ningún otro sitio".

      
             
      

Cope Santiago

Cáritas da formación a personas en riesgo de exclusión social

En el Mediodía de Cope Santiago , Noya ratificaba punto por punto lo que antes nos había contado su empleada. Aseguró que prepara "unos huevos extraordinariamente ricos"... pero además, que Mélody ha traído "frescura, otra forma de entender la vida, su cultura... ha venido con ganas, con mucha intención de crecer, sus compañeras han visto en ella una oportunidad de equilibrar las responsabilidades en cocina. Juntamos el hambre y las ganas de comer y finalmente tenemos a una persona que nos está dando mucho". Añade que colaborando con el programa de formación de Cáritas "tenemos la oportunidad de encontrar trabajadores en un momento laboral difícil para el sector hostelero, por la carencia de mano de obra. Luego, las circunstancias de cada trabajador aportan más o menos valor. En el caso concreto de Mélody, ha resultado ser el fichaje del año".

"se trata de dar respuesta a personas sin derecho ...a nada"

El programa de microformaciones se puso en marcha de manera pionera en Galicia, aprovechando un reglamento de la ley de extranjería que, sorprendentemente, ahora el gobierno central tiene intención de modificar. Soledad Rodríguez, la coordinadora del departamento de empleo de Cáritas Diocesana de Santiago, explica que de toda la oferta que tienen, es el único programa que pueden ofrecer a personas en situación irregular y por lo tanto, es una puerta para que una vez están aquí, puedan estabilizar su situación de forma más ágil. 

"Son entre 60 y 170 horas de formación: así, en un plazo muy corto pueden tener un permiso de trabajo mientras que con una formación reglada (que también permite acceder al arraigo por formación)... un ciclo de Fp, una formación dual, una carrera universitaria... lo que supone es que las personas tienen que estar dos o tres años formándose para conseguir el arraigo". En muchos casos, eso irremediablemente los aboca a "economía sumergida, prestaciones o lo que puedan conseguir para poder comer..."

      
             
      

En la edición "piloto" del programa, junto a Mélody participaron otras 64 personas inmigrantes a través de las Cáritas Federadas. A día de hoy, 50 están trabajando y Soledad no descarta que alguna más consiga "pronto" también un empleo. Ya está en marcha la nueva edición, que amplía el número de participantes: serán 95 a través de Cáritas Federadas, pero el conjunto del programa llegará a 145 en Galicia.

"Hostelería y servicios son los dos sectores en los que más formación se realizó, también en construcción e industria". La responsable de Empleo y Formación de Cáritas Diocesana subraya que siempre se tiene muy en cuenta las potencialidades de la persona, si ha trabajado alguna vez y de qué y "sobre eso se hace una valoración, así que la formación es casi a la carta, persona a persona". 

Buena parte de los beneficiarios del programa procedían de Colombia y Perú, en parte porque son países que les ponen más fácil a sus nacionales conseguir algunos trámites imprescindibles (como un certificado de que no han cometido delitos) que en otros casos, como Venezuela, se eternizan. 

      

Soledad Rodríguez destaca también la implicación del sector empresarial para que este programa de inserción esté siendo un éxito: "la formación la hacen directamente en la empresa, conocen a la persona, ven su actitud... y eso también ayuda para que digan, bueno, pues yo te espero, aunque tenga que aguardar un mes o dos meses... pero me gusta como lo haces". En la primera edición, algo más de un 52% de las personas beneficiarias del programa fueron mujeres frente a casi un 48% de hombres. Por edades, la mayoría tenían entre 18 y 34 años.