La puerta tapiada en la casa okupa de Ribeira que pone fin "a los 5 años de tortura" de María

Comerciantes y vecinos del barrio de Abesadas respiran por fin tranquilos tras la ejecución de la orden judicial de desalojo 

íñigo Landa

Santiago - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Era a última hora de la tarde de este martes cuando los operarios terminaban con las tareas de tapiado de las puertas de acceso y ventanas de los bajos del inmueble abandonado a medio construir en la calle Xosé Ramón Fernández Barreiro y que en los últimos 5 años ha supuesto una pesadilla para los comerciantes y vecinos del barrio de Abesadas, en Ribeira, después de que en 2018 entraran en su interior los primeros okupas que, un lustro después, eran desalojados por la policía cumpliendo una orden judicial.  

Poniendo fin así a todo este tiempo en el que comerciantes como María Vilar, que abrió hace siete años un negocio justo en los bajos del edificio anexo al okupado, aseguran haber vivido "una tortura"  por las constantes amenazas, insultos y problemas de convivencia de todo tipo protagonizados por los moradores ilegales de este inmueble.

Y que se han repetido entre otros comerciantes y vecinos de la zona que, como dice María, "por fin van a poder salir a sus ventanas o salir por la calle", por lo que no duda en calificar como "una verdadera tranquilidad y liberación" el que se haya puesto fin, 5 años después, a los problemas de convivencia generador por los okupas, incluyendo agresiones tanto dentro como fuera del inmueble, y después de que los juzgados de Ribeira autorizaran el desalojo judicial a instancias de la propietaria del mismo, la SAREB.  

EL PROBLEMA DE LOS OKUPAS SE TRASLADA A OTROS PUNTOS DE RIBEIRA 

Sin embargo, lo que es un alivio para los vecinos del barrio de Abesadas se está convirtiendo en inquietud para los de otros puntos del casco urbano de Ribeira con inmuebles abandonados o cerrados y donde ya se han registrado intentos de entrada por parte de los okupas desalojados.

Como reconoce el concejal de servicios sociales de Ribeira, Vicente Mariño que asegura que "la intención del Concello es la de no facilitar las cosas a quienes intenten entrar en otros inmuebles" y que ya en estos días se decidió cortar el suministro de agua a una de las viviendas donde habían accedido algunos de los desalojados del edificio de Abesadas.

Y todo después de que la mayoría de los okupas de ese edificio rechazaran la oferta de ayuda realizada por los servicios Sociales de Ribeira de poder encontrar un alojamiento alternativo, siempre que se pusieran a disposición de los programas de rehabilitación municipales. Oferta que sólo aceptó uno de los moradores del inmueble y que será realojado temporalmente en un hostal de la localidad.

      
             
      

Teniendo en cuenta que son alrededor de una veintena los moradores que, según se calcula, han estado residiendo en el inmueble de Abesadas en los últimos años y meses, parece difícil que el problema que genera la okupación vaya a desaparecer de Ribeira. Y sí parece seguro que se estaría trasladando a otros puntos del centro urbano.

Aunque será un problema que a los comerciantes y vecinos de la calle Xosé Ramón Fernández Barreiro ya no les afectará en la forma directa en la que lo han padecido en estos últimos 5 años, una vez se ha puesto fin a la pesadilla y tortura vivida durante todo este tiempo.