cooperación internacional

Román, estudiante ruso en la USC: "Aquí somos felices"

La Universidad de Santiago acoge este curso a veinticinco alumnos que proceden de zonas de conflicto. Hay quien huye de la guerra, pero también quien necesita protección por otros motivos

Patricia Iglesias

Santiago - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

"Tuvimos una amenaza directa hacia nosotros, al principio no supimos a dónde ir... después hablamos con un amigo en Barcelona y decidimos al final que este es un país donde podemos encontrarnos más cómodos..." Y parece que acertaron, porque remata:  "Somos felices!" Román es un joven abogado ruso que tuvo que abandonar su país por su orientación sexual. Ha encontrado una oportunidad para iniciar una nueva vida aquí, gracias al programa de cooperación internacional de la USC que este curso acoge a veinticinco estudiantes

Hay alumnado procedente de NIgeria, Marruecos, Cuba, Líbano, Venezuela... pero buena parte de ellos han llegado de Palestina o Ucrania. Como Krystina. Ella conoció Galicia hace unos años porque trabajó en casa de una familia de A Coruña como niñera: cuando comenzó la guerra en 2022, esa misma familia volvió a abrirle las puertas de su casa, primero para que pudiese abandonar el país de forma segura y después, para que pudiese continuar con sus estudios. Estudia sexto de Medicina y su idea es completar aquí la residencia: "no estoy segura, me gusta mucho cardiología, endocrinología, reumatología..." No sabe por qué especialidad se decidirá ni tampoco si podrá volver a su país: "espero que la situación en Ucrania mejore..."

"Me ayudó con el idioma que en ucrania estudié latín"

El programa de cooperación internacional incluye, además de la matrícula gratuita y plaza en una de las residencias universitarias, una aportación mensual de 400 euros para manutención  y cursos de español o galego en el Centro de Linguas Modernas de la USC para facilitar la integración lingüística del alumnado. Krystina cuenta divertida que en su caso, además, le ayudó que en su país, además de empezar Medicina, había estudiado latín: "Medicina va de latín y en español hay palabras muy parecidas...así pude llevar mejor el aprendizaje", asegura

Aunque su vida aquí parezca encarrilada, Krystina reconoce que sigue muy pendiente de lo que ocurre en Ucrania, donde continúa buena parte de su familia: "siempre estoy mirando las noticias, veo de tantas muertes, de tantos crímenes... no puedo imaginar cómo lo lleva la gente que está allí. La situación es muy complicada, espero que mejore pronto".  Le cambia la cara cuando habla de su estancia en Galicia: "hay mucha gente muy buena que siempre me ayuda, pude adaptarme muy bien aquí".

Estudiante con cuatro hijos a cargo

También buscando un futuro mejor, pero no sólo para él, sino también para su familia, se vino a Santiago Mohamedd: de origen palestino, pasó un tiempo en Egipto donde trabajó en el sector de la importación y por eso conoció España. Cuando se planteó volver a hacer las maletas hacia un "destino más seguro", no se lo pensó demasiado. Está haciendo un doctorado en Económicas después de un máster. Su sueño es poder poner en marcha su propia empresa aquí. Porque no piensa en volver a pesar de que acaba de sufrir un duro revés en los últimos días con el fallecimiento de su mujer. Le toca tirar él solo de sus cuatro hijos, que asegura se están adaptando muy bien. 

Dos de sus hijos están en Primaria, el tercero, la ESO y la mayor, en un ciclo de FP. "Todos muy felices aquí en España, no quieren cambiar este país" Asegura que para ellos ha sido más fácil adaptarse, hacer amigos..."yo también pero no como ellos, yo perdí mi familia, mi país...muchas cosas". Agradece una y otra vez el apoyo que han recibido tanto desde "el gobierno, la universidad, el ayuntamiento". Ahora, la muerte de la madre ha puesto patas arriba el precario  equilibrio familiar. 

      
             
      

Tenemos que ayudaros con todo lo que tengamos y todo lo que podamos

Antonio López

Rector de la USC

El rectorado de la USC celebró un acto de acogida a parte del alumnado que participa en los distintos programas de cooperación internacional que tiene en marcha y escuchando el testimonio de estudiantes como Krystina, hasta al propio rector, Antonio López, le costaba retomar el discurso sin emocionarse. "Cuando contemplamos las situaciones que nos contáis no podemos menos que deciros que sois héroes y heroínas, vuestra fuerza, vuestras ganas y vuestra voluntad lo merecen todo".

La universidad compostelana lleva desde el curso 2016/17 con su propio programa de cooperación internacional en marcha: arrancó con dos becas anuales, pero con el inicio de la guerra en Ucrania y el recrudecimiento de la situación en otras zonas del mundo, el esfuerzo se ha redoblado. Han llegado ya a doce, una cifra que se duplica colaborando con la Fundación Mujeres por África, la Fundación Carolina o el Ministerio de Exteriores

"Calquera estudante aporta moito á universidade, pero estes que veñen de situacións moi difíciles, que non tiñan oportunidade de graduarse...de ter un futuro mellor, aportan moito máis do que nós lles podemos aportar", asegura la vicerrectora de Titulaciones de la USC, María José López. ·"Nós dámoslles as ferramentas para que poidan cumplir ese soño, pero nos devolven con creces todo o que poidamos facer por eles".

      
             
      

 López recuerda que es posible colaborar en estos programas de becas a través de una iniciativa de micromecenazgo que la USC tiene en marcha también desde hace tiempo: Sumo Valor, al que pueden hacer aportaciones de cualquier cantidad tanto particulares como empresas.