Santiago busca solución para los alquileres de viviendas: ¿zona tensionada con topes de precios?

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Las dificultades de alquilar en Santiago contadas por los protagonistas

Paula Pájaro Rives

Santiago - Publicado el

5 min lectura

Alquilar un piso en Santiago se ha vuelto prohibitivo… es lo que nos cuentan los que tienen que buscar una vivienda en Compostela y ese proceso les supone más que un tormento.

La declaración de “zona tensionada” depende de la Xunta, pero han de ser los concellos los que lo soliciten y den el paso. La administración autonómica asegura que estudiará caso a caso, pero no aprobará esa declaración de oficio, sino solo las que estén “bien argumentadas”.

Los topes de precios anunciados por el gobierno solo entrarían en servicio en las zonas con esa declaración. ¿Qué ocurrirá en Santiago? El ayuntamiento anuncia que solicitará esa declaración. El concejal de urbanismo y vivienda de Compostela, el nacionalista, Iago Lestegás, asegura que “los datos indican que los topes son necesarios”. En los últimos cinco años se ha incrementado en un 26% el precio del alquiler en Santiago, “por encima del IPC, así que sí se cumplirían los requisitos para esa declaración, además de la percepción general de la ciudad de que existe esa necesidad”.

Los índices que marca el Estado son accesibles a cualquiera a través de la web estatal del Ministerio de Vivienda.

¿CUÁLES SON LOS TOPES DE PRECIOS EN SANTIAGO?

Los precios que aparecen como referencia oscilan en función de las características y localización de los pisos. Por ejemplo, un piso de dos habitaciones en la Avenida Rosalía de Castro, en buen estado, no podrá superar los 620 euros mensuales o se permiten hasta 580 euros de cobro de alquiler por una vivienda en la calle Amor Ruibal, en Pontepedriña, que necesite reformas y con una antigüedad de más de 50 años.

Ese índice ofrece una horquilla de 300 a 440 euros al mes por un piso de 100 m2 en la Rúa de Mallou que necesite actualizaciones o, también, 410 euros de máximo, un piso de 60 m2 en la zona de Quiroga Palacios que esté en buenas condiciones.

LOS UNIVERSITARIOS Y LOS TURISTAS

Santiago es una ciudad universitaria, lo que hace que muchos inmuebles se alquilen en temporada y no sean en régimen de vivienda habitual. Esto influye en los precios y también en el estado de los pisos que se ponen en el mercado. Los universitarios aseguran que se alquila “de todo” y en condiciones muy malas, a precios desorbitados: por una vivienda de tres habitaciones llegan a pagar 800 euros en el ensanche, en la zona centro de la ciudad, pero en un piso anticuado y con problemas en la calefacción. Nos lo cuenta una joven que abona 260 euros por una habitación de una vivienda que comparte con otras dos personas en la capital gallega: “La verdad es que estos años subieron los precios… me parece excesivo. Siento que el acceso a un piso cada vez es más difícil, es desproporcionado. Mi piso está bien, tuvimos suerte… pero viendo los pisos de compañeros míos da pena. Hay gente que tiene problemas con humedades”.

Más allá de los estudiantes, nos hemos encontrado casos de todo tipo: otra vecina estuvo meses buscando en la zona monumental y zona nueva y le resultó imposible ajustarse a los precios que pedían por los inmuebles, así que encontró una vivienda por 650 euros al mes, un piso pequeño cerca del Hospital Clínico. Cree que los topes de precios pondrían un poco de orden: “Hay gente que especula y se aprovecha de las situaciones, por ejemplo en esta ciudad hay mucho turismo y los que queremos vivir aquí nos comemos los precios. A lo mejor hay gente a la que le sobra el dinero y prefiere no alquilarlo si ponen los topes de precios, pero bajarlo a un precio decente, tampoco es que estés regalando la vivienda. Es que hay pisos aquí en Santiago de dos habitaciones y sin muebles por los que pagan 800 euros, es muchísimo dinero”.

“NO DAS EL PERFIL”

Otro caso compostelano: una señora que dice que ha estado buscando largos meses y que se encontraba con la negativa de caseros e inmobiliarias por no “dar el perfil”: “¿Cómo te van a pedir 1.000 euros por pisos de una habitación, un aval y tres nóminas que tengo y no tengo opción porque no soy el perfil… necesitan perfil y todo? Es imposible: 800, 900, 1.500… así todo. Yo no tengo un piso comprado porque nunca pude. He pagado 350, 400 euros, pero ahora no sé qué ha pasado, quedo asustada”. Esta vecina de Santiago vive en la zona del Cruceiro da Coruña en una vivienda “anticuada” por la que paga 500 euros mensuales: “Tiene muchos años, está viejo… estropeado. Ellos quieren que paguemos por unos pisos que no están para vivir personas. Yo tengo 4 hijos”.

QUÉ OPINAN LOS CASEROS

En la otra cara de la moneda, un casero: Este hombre no ve con malos ojos las horquillas oficiales de precios “porque también tengo una hija en Canarias que paga muchísimo y no es justo”. Con todo, nos cuenta su caso: la vivienda que tiene en alquiler está a un precio bajo en la zona del Castiñeiriño, a 350 euros al mes.

En su caso, reconoce miedo a subir algo más el precio o a pedirles a los inquilinos que liberen el inmueble por si tiene, después, problemas para que le desocupen la vivienda: “Llevan allí seis años, un piso de 85 m2, está muy bajo… el año pasado le subí 10 euros y se puso… como la Marimorena. A mí me da miedo decirle que le subiría otros 10 o 12 euros, que es lo que me permite la ley”.

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