El TPV llega a las aldeas de Galicia por Carnaval: "No hay excusa, se pueden pagar los vivas con tarjeta"

Los Xenerais da Ulla son personajes tradicionales del Carnaval gallego. Recorren las aldeas echando "vivas" que los vecinos pagan: "Hasta 100 euros llegan a dar"

Paula Pájaro Rives

Santiago - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Cada lugar de Galicia tiene su idiosincrasia. Hay mucha tradición de Carnaval y cada ayuntamiento o aldea, celebra estas fechas de manera diferente.

En la comarca de Santiago y Tabeirós son muy reconocidos los Generales de la Ulla, Xenerais da Ulla. Recorren varios núcleos de población de los ayuntamientos de Teo, Vedra, Boqueixón, Touro o A Estrada con sus peculiares trajes.

el origen de la tradición de los xenerais da ulla

Dicen que la invasión francesa a comienzos del XIX, primero, y los ecos de las guerras carlistas, después, dejaron una huella tan profunda en las tierras del Ulla que sus habitantes acabaron por integrar los vistosos uniformes militares de la época en el Carnaval. Probablemente, ese pasado bélico esté en el origen de los Xenerais da Ulla, los personajes más característicos del Entroido en los municipios de la cuenca baja del tercer río más importante de Galicia.

Según explican desde Turismo de Galicia, estos personajes lucen un espectacular traje en el que destaca un altísimo gorro bicorne, decorado con plumas de colores y, en los mejores diseños, de pavo real.

La chaqueta es oscura y está habitualmente cubierta de galones, medallas y charreteras doradas, y ceñida al cuerpo con una faja roja y una bandera. 

Los Xenerais da Ulla cabalgan a lomos de caballos, excepcionalmente cuidados. Los animales se adornan también con plumas. En muchos de ellos destaca una pieza de espejo fijada sobre la cabeza.

Junto a los xenerais viajan de aldea en aldea los llamados correos, normalmente jóvenes vestidos de manera algo más modesta, con gorro circular y campanillas. Estas figuras son las encargadas de anunciar la llegada de los xenerais a las parroquias y de asistir a los personajes principales. También va en la comitiva una persona que porta una caja de madera en la que los vecinos introducen dinero. Y su función es muy importante: recoge las aportaciones que se hacen para que los xenerais, llegados a la puerta de una casa, se detengan a dar “vivas”.

¿Qué son los vivas? Pues elogios, alabanzas y buenas palabras que pronuncian estos populares personajes, espadín en alto, para quien haga alguna aportación o para su familia.

CUÁNTO CUESTAN LaS "VIVAS"

En una viva, los generales se paran frente a una vivienda y reciben los donativos que la familia pueda o quiera dar. Son muy variables, pueden ir desde los dos euros a los cien. Y quien deja 100 euros por esas alabanzas "se porta muy bien, es muy buen viva ese". Nos comenta Rubén Fuentes, que sale de Xeneral en Teo: "Este año empezamos con la asociación cultural, que la cogí yo y le pedí a mi hermano que viniera de cajero también". En su caso, ellos decidieron dar el paso al frente para recuperar la tradición: "Que además es fiesta de interés turístico de Galicia". Ellos entienden que se necesita de implicación personal para que esta cita se siga celebrando.

Su hermano Marcos Fuentes es el cajero y lleva hasta un aparato TPV para cobrar con tarjeta: "Lo usamos, sí. El año pasado estábamos en la comisión y ya teníamos el TPV, entonces decidimos llevarlo por si hay algún listillo que nos dice que no tiene dinero encima. Así ya no tiene otro remedio". Así sacan algún dinero a mayores: "Con el que no contabas al principio".

El dinero que se recauda se destina al Entroido: "Para sufragar esos gastos del propio Carnaval. Nosotros llevamos una comitiva de 250 personas a la que hay que dar de comer. Las bombas hay que pagarlas, la charanga cuesta mucho… las cuentas dan justitas. Además, si llueve nos fastidia y en las cajas se nota".

¿Las vivas se apalabran antes? "Se van dando según la gente que esté y lo que pidan y el cajero ca recogiendo el dinero". Nos explica Rubén. Lo que sí preparan tiempo antes, incluso meses, son los llamados atranques, unos encuentros dialécticos que son batallas de palabra, con críticas.

Hay quien no se toma bien esas batallas satíricas: "Este año son más personales, entre un general y otro. Pero otros años hablamos más de política".

Temas relacionados